Queda menos de un mes

Asturias

Ya queda muy poco, menos de un mes, para que los españoles acudan de nuevo a las urnas por la incapacidad de los políticos para ponerse de acuerdo y lograr la gobernabilidad del país. En Asturias, finalmente, no habrá cambios significativos en las listas respecto a las del pasado abril. Repiten prácticamente todos. No hay novedad alguna en lo que se refiere a los números uno al Congreso. Siguen como cabezas de cartel Adriana Lastra, PSOE, Paloma Gázquez, PP; Ignacio Prendes, Ciudadanos; Sofía Castañón, Unidas-Podemos; y José María Figaredo, Vox. Los otros dos políticos que restan de los siete con que cuenta la región en la Carrera de San Jerónimo, María Luisa Carcedo y Roberto García Morís, también están, como números dos y tres del PSOE.

Aunque las formaciones políticas asturianas han apostado por la continuidad, alguna novedad sí que hay respecto a los pasados comicios. La principal, sin ninguna duda, es la llegada de una nueva formación con posibilidades de lograr representación parlamentaria (al menos eso es lo que señalan las encuestas), Más Asturias, traslación a la comunidad autónoma del Más País que lidera Iñigo Errejón, ex diputado de Podemos y antigua mano derecha de Pablo Iglesias. Su número uno en la región será Segundo González, quien también llegó a ocupar un puesto en el Congreso por Podemos, aunque hace ya tiempo que dejó de pertenecer al equipo de confianza del líder del partido morado. Una candidatura esta de Errejón que acabará modificando el mapa electoral asturiano. ¿Testimonial o sustancialmente? Ahí quizás está la principal incógnita del 10-N en la región.

La otra modificación relevante de las listas asturianas es el cambio de cabeza de cartel del PP al Senado. Ramón García Cañal, que obtuvo un escaño en abril (el único de su partido en la comunidad) deja su puesto a la hasta hace muy poco presidenta regional de los populares, Mercedes Fernández, pasando él al segundo puesto, con muy escasas opciones de salir elegido salvo sorpresón de última hora. Así se pone fin a un capítulo de muy malas relaciones entre ambos políticos.