Sociedad

Érase una vez un mar que quería seguir siendo pequeño

Continúan los trabajos en el Mar Menor para retirar los peces muertos del agua, que siguen desprendiendo "el olor de la muerte" en la playa

San Pedro del Pinatar

Érase una vez un mar que quiere ser pequeño, que nunca se hace mayor, porque quienes lo visitan, lo hacen siempre con la ilusión de un niño. Siempre fue así: pequeño, tranquilo, familiar, y quiere seguir siéndolo...

Un mar que hoy sigue viviendo su peor crisis ambiental, sigue escupiendo peces muertos que se siguen recogiendo de la orilla y del propio mar por brigadas ambientales. Ya más de tres toneladas se han recogido desde que el sábado se vieran agonizar en la orilla. Desde bien temprano estaban las brigadas preparadas con sus artes de pesca para hacerlo.

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El olor a pez muerto va por zonas, pero aún se percibe con fuerza, aunque el aire que sopla se lo lleva... Y mientras se desarrollan estos trabajos, justo al lado, en el paseo de la Mota, los lugareños vienen a pasear, a hacer deporte, y nos trasladan la tristeza por la situación que vive su Mar Menor, el miedo por las repercusiones socioeconómicas que puede traer esta crisis, y demandan responsabilidades porque vienen advirtiendo de la difícil situación por la que pasa, y no se ha hecho nada.

Este Mar Menor está enfermo, muy enfermo, y ahora la pregunta que se hacen es: ¿van a ser capaces de tratarlo para sanarlo?

Esta crisis ambiental es el episodio más grave que vive la laguna en toda su historia, y la comunidad científica advierte que su fondo marino está muerto. Este episodio de anoxia ha afectado a una parte de la laguna, en San Pedro del Pinatar, a una superficie de unas 210 hectáreas, no a todo el Mar Menor, pero la comunidad científica teme que se repita este episodio en otras zonas de la laguna.

Esta anoxia que sufre ha sucedido un mes después de la gota fría, pero ya en 2016  se vivió otra crisis importante, al convertirse el mar menor en un mar plagado de fitoplancton por exceso de nutrientes vertidos en forma de nitratos por la agricultura. Entonces se convirtió en una 'sopa verde', de la que se estaba recuperando. Aunque ya este verano la laguna empezaba a dar signos de un retroceso en su recuperación.

La razón de esta crisis, como decimos, es la anoxia, la falta de oxígeno, provocado por la entrada de agua dulce tras la DANA. Con esas lluvias torrenciales entraron unos 60 hectómetros cúbicos a la laguna, que han actuado como si fuera una capa de aceite en el agua, que ha impedido que se mezcle, estratificando las capas de agua en función de su salinidad. En el fondo quedó la capa anóxica, sin apenas oxígeno, mientras que en la capa más superficial se refugió la fauna marina. Pero esa masa se desplazó con el viento y la capa anóxica ascendió dejando sin oxígeno a los peces y crustáceos.

Miles de ejemplares muertos de fauna marina son recogidos de las orillas de las playas de San Pedro del Pinatar / Asociación de Naturalistas del S

Pero los científicos también dicen que esto es una gota más que colma el vaso de muchos años de negligencias, dejación y prácticas irresponsables, y también ilegales. Años de vertidos de nitratos de la agricultura intensiva que ha proliferado de forma descontrolada, en algunos casos, que supuso la eutrofizacion de sus aguas (lo de la sopa verde); también la proliferación de pozos ilegales y desalobradoras para el riesgo agrícola; la pésima gestión de vertidos; además de la gestión del suelo, que ha dejado al campo de Cartagena con cada vez menos vegetación que contenga el agua cuando llueve, lo que han convertido al Mar Menor en un vertedero agroindustrial. Las lluvias torrenciales de hace un mes, dicen los ecologistas, han sido el 'golpe de gracia' a un delicado ecosistema herido de muerte desde hace años.

El Gobierno regional achaca a la DANA la responsabilidad de este episodio, que califica como el más grave de su historia. Reconoce que la situación es muy difícil, pues ni los propios científicos pueden predecir que se vaya a revertir, y plantea un plan de choque. Por un lado, acabar con la entrada de agua dulce, que lo sigue haciendo después de un mes de la gota fría por la rambla del Albujon; reducir el nivel del mar y el freático, (llegó a subir el nivel del mar tras la DANA medio metro); además de ponerle deberes a la Demarcación de Costas, a la que demanda que limpie los fondos, y a Capitanía Marítima, para eliminar los fondeos ilegales. Todo esto a administraciones del Estado.

Desde el Gobierno regional se comprometen a tener antes de que acabe el año la Ley Integral de Protección del Mar Menor. En cuanto a la financiación de todas estas medias, incluído el Plan de Vertido 0 del Ministerio de Transición Ecológica, existen importantes discrepancias sobre quien debe asumir el coste y en qué proporción. El presidente de la Comunidad, aseguraba anoche que si hace falta que lo asuma la comunidad, lo hará, endeudándose incluso si es necesario.

Las discrepancias entre Gobierno regional y Estado son habituales. La última fue un cruce de reproches por Twitter entre Teresa Ribera y Fernando López Miras. Son habituales y vienen de lejos, porque el ministerio de Teresa Ribera ha marcado distancias muchas veces con el modelo agrícola, que considera "insostenible", y con posiciones contrarias, por ejemplo, al trasvase Tajo-Segura, algo que desde el Gobierno regional del PP y ahora Ciudadanos han visto siempre como un ataque a esta infraestructura. De hecho, la ministra Ribera no ha venido aún nunca a la Región. Lo haráeste miércoles, para abordar esta crisis ambiental con el presidente.

Y aunque pueda parecer una paradoja, ante la mortandad masiva de peces de este fin de semana en el Mar Menor, la vida que se abre paso este martes en Lo Pagán, y lo hace en las zancadas de los pinatarenses que vienen a hacer deporte, a pasear a sus perros, a mirar, como otras tantas veces, a ese horizonte que nos deja el Mar Menor... a las terrazas que a esta hora siguen sirviendo desayunos, y en breve aperitivos... toda esa vida se sigue produciendo mientras nuestro mar Menor sigue escupiendo peces, que se siguen recogiendo con efectivos en la orilla y con barcos dentro del mar.

Un Mar Menor que quiere seguir siendo pequeño, y lo que quiere de verdad, es que se le trate y se le cuide como merece ese patrimonio que es de todos, en el que hemos crecido y disfrutando generaciones y generaciones de ciudadanos de esta tierra, y que queremos seguir haciendo.

Amanece sobre el Mar Menor, en Lo Pagán / Cadena SER

 
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