Enrique Gavilán, el médico rural que sufrió el síndrome del Burnout, en A vivir salud

Murcia

"Me gustaría seguir atendiéndole, pero no puedo. Lo siento", le llegó a decir a más de un paciente Enrique Gavilán, este médico rural de atención primaria, cuando sintió que su cabeza estaba a punto de ‘estallar’. Eran los años de la crisis y Gavilán tenía que atender a sus pacientes, que llegaban en ‘tromba’ a su consulta de médico de familia en dos localidades de Extremadura.

Gavilán, ahora recuperado de todo aquel “infierno”, acabó quemado haciendo lo que más le gustaba y ejerciendo la profesión por la que años antes se había esforzado en la Universidad, llegando a padecer lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) denomina síndrome del burnout, por desgracia no fue el único en padecer dicho síndrome, ya que algunos estudios aseguran que el burnout afecta hasta a un tercio del personal de atención primaria.

Enrique Gavilán, compañero de profesión y amigo del también médico de familia, José Martínez, ha sido el invitado esta semana del espacio A vivir salud, donde ha contado su experiencia como médico ‘quemado’ que le llevó a escribir el libro ‘Cuando ya no puedes más. Viaje interior de un médico’ (Anaconda).

Martínez se refirió a Gavilán como un médico de familia convencido del modelo de atención primaria que el actual sistema sanitario fue minando hasta convertirlo en un médico ‘quemado’, llegando a padecer el síndrome del burnout, en fase grave.

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Afortunadamente Enrique Gavilán ha logrado superar este bache y sigue ejerciendo la medicina de forma habitual, alejado de esa pesadilla que llegó a hacerle ver a los pacientes como enemigos. “Por muy mal que estemos cuando llegamos a una consulta, no podemos olvidar que el médico que nos atiende es una persona como nosotros, hace falta más empatía entre médico y paciente, quizá la culpa no es ni de uno ni de otro”, asegura.

Según ha contado Enrique Gavilán en más de una entrevista, a propósito de la salida al mercado de ‘Cuando ya no puedes más’, hubo un día en el que llegó a atender hasta 60 pacientes, sin tiempo de prestarles la atención que requerían. Ahora, unos años después, maneja su propia agenda, que intenta no supere los 20 pacientes al día, disfruta con su profesión y se ha reconciliado con la atención primaria, la profesión que siempre quiso ejercer, y que casi le cuesta la vida.

Todo ello se encuentra recopilado en ‘Cuando ya no puedes más’, un libro que también le sirvió de terapia mientras lo escribía para poder salir del pozo que entre todos habían cavado sin su permiso y cuyas consecuencias le pasaron factura en lo profesional, y quizá lo más duro, en lo personal.