La rabassa: un dulce a cambio de salud

Torroella de Montgrí

"Pieza de pasta de harina con azúcar y anís, de forma alargada que los padrinos daban a sus ahijados el día de Navidad (Empordà)”. Así define el Diccionario Alcover Moll, en su séptima definición, la palabra que da nombre a uno de los dulces más exclusivos de la comarca del Baix Empordà. Es la rabassa, que se elabora en poblaciones de esta comarca como Palamós, La Bisbal, Palafrugell o Torroella de Montgrí. En la centenaria Dulcería Batlle de esta localidad –inconfundible por su escaparate art déco- es donde se vende -por encargo- una de las más famosas.

La elabora Lluís Batlle, heredero de una estirpe pastelera que ya va por la cuarta generación. La rabassa puede tener tomar la forma de una gran S, circular, de ocho o –como la de la Dulcería Batlle- de trenza.

Según consta en el Costumari català de Joan Amades, los ahijados recibían este dulce después de ser sometidos a una serie de preguntas, generalmente fáciles que, en algunos casos, versaban sobre religión.

En Torroella de Montgrí, incluso se conserva una especie de verso para pedirla: “Bon dia padrí, Nadal ha vingut, doneu-me la rabassa i que Ell us doni salut” (Buenos días padrino, la Navidad ha venido, dadme la rabassa i que Él os dé salud).