Sentirse en la piel de un piloto de élite

La Plaza Mayor de Aranda ofrece un aspecto inusual. Los amantes de guardar en su archivo fotográfico imágenes insólitas del municipio tienen estos días la oportunidad de inmortalizar dos aviones, aunque de uno de ellos sólo la cabina, que parece que hubiesen hecho un aterrizaje de emergencia en este punto neurálgico de la capital ribereña.

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El Ejército del Aire despide la muestra itinerante de fondos del Museo de Aeronáutica que estrenó a pasados del mes pasado la Casa de Cultura, ‘Volar, historia de una aventura’, con la exhibición de un North American T-6D Texan y la cabina de un RF-4C Phantom II, que ocupan una parte importante de esta plaza. El primero es un avión que se utilizó en España en los años 70 para instrucción, entrenamiento y enseñanza. En cuanto a la cabina, es accesible a las visitas que quieran fotografiarse dentro de ella. “Hemos traído la sección delantera de un avión de reconocimiento táctico, el legendario Phantom, que tenía la capacidad de volar a dos mil y pico kilómetros por hora, llevaba cámaras horizontales, verticales, laterales, reconocimiento del terreno exhaustivo, todo ello a velocidades increíbles”; explica el teniente Enrique Caballero, sobre este elemento, que llegó a España en los años setenta como un elemento de última generación.

Estas dos piezas se mantendrán hasta el domingo expuestas en la Plaza Mayor.