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Una exquisitez de Pedro Díaz salva al Sporting de la quema

Un lanzamiento de falta magistral del canterano cambió la dinámica del partido y le otorga al Sporting una victoria que le mete en la zona tibia de la clasificación

Los jugadores rojiblancos celebran el tanto de Pedro Díaz / LaLiga.com

Gijón

En una temporada en la que el sportinguismo tiene tan poco que llevarse a la boca, hay que celebrar como si fuera un título ver un gol como el que le dio la victoria al Sporting ante el Fuenlabrada. Por el valor de los puntos que ese gol supuso, claro, pero también por la maravillosa ejecución de Pedro Díaz, el futbolista al que solo la cerrazón puede apartar de botar cualquier balón parado que tenga a su favor el Sporting siempre que esté en el campo. El golpeo impecable, superando la barrera y llevándose las telarañas de la escuadra de la portería del fondo sur no solo fue importante; también fue bonito de ver. Y el fútbol, aunque a veces se nos olvide (y con el Sporting más) también debe ser eso: un espectáculo que nos deje boquiabiertos.

El gol lo cambió casi todo en una tarde que era complicada para el Sporting. El Molinón estaba con la mosca detrás de la oreja y los primeros minutos no contribuyeron a espantarla. Djukic apostó por un cambio de sistema, pero no por la defensa de cinco ensayada durante la semana sino por alinear a dos delanteros. Buscaba salir a por todas, aunque la eficiencia de Djukic y Álvaro Vázquez de cada gol es nula. A esos efectos, entre los dos no hacen uno. Aitor García se cayó del equipo, pasando Manu García a una banda y Carmona a la otra, ambos con mucha tendencia a irse al centro. Y Djukic optó por relevar a Javi Fuego, para ceder su papel a Cristian Salvador. Aunque quien brilló en mediocampo fue (y no solo por el balón parado) Pedro Díaz.

El Fuenlabrada empezó mandando en el partido, con criterio, fútbol y llegadas. Era mucho más equipo que un Sporting atenazado, que trataba de elaborar fútbol desde atrás pero se metía solo en todos los líos. La propuesta es interesante, pero está por trabajar. Cuando el equipo trata de salir con el balón jugado, la distancia entre líneas es muy grande y, por tanto, son pocas las alternativas y muchos los riesgos. Ni cinco minutos se habían disputado cuando se oyeron los primeros pitos en El Molinón mientras Babin, Valiente y Salvador se pasaban el balón delante del área propia sin muchas más opciones de profundidad. Y no se había llegado al minuto diez cuando Mariño tuvo que intervenir para evitar el gol visitante a un remate de Glauder. En el corner posterior, Juanma tuvo otra clara ocasión, con un remate acrobático en el segundo palo, donde estaba solo. El público de El Molinón estaba nervioso y el equipo parecía que también.

Mal pintaba el asunto hasta que de la bota de Pedro Díaz salió el lujazo de gol que debe disipar para siempre las dudas sobre quién debe ser el ejecutor de todo balón parado en el Sporting, galones y tonterías aparte. Djukic parece, por fin, haberlo visto. Y Pedro Díaz respondió a esa confianza transformando en un golazo imparable una falta cometida sobre Djurdjevic en la frontal del área, que superó la barrera (no estará muy contento Mere con los futbolistas que ni intentaron saltar) y se coló por la escuadra de la portería del Fuenlabrada. Era el primer tiro a puerta del Sporting. Cien por cien de efectividad.

El gol liberó al Sporting y afectó al equipo madrileño. Varias veces pudieron los rojiblancos ampliar la renta y todas las jugadas salieron de las botas de Pedro Díaz. Primero un saque de esquina botado por el sierense que Carmona remató al palo; el rechazo llegó a las botas de Babin, que le pegó con el interior pero la mandó fuera. Otra clarísima tuvo el de Martinica, que volvió a rematar desviado un balón parado brillantemente botado desde la banda derecha por Pedro Díaz.

La segunda mitad fue equilibrada; el Sporting no sufrió demasiado por el marcador, más allá de por lo corta que era la ventaja, aunque a cuatro minutos del final El Molinón pasó un apuro importante hasta que Mariño desbarató un disparo peligroso de Juanma. Tampoco tuvo grandes ocasiones de gol el equipo de Djukic, con la excepción si acaso de un par de llegadas desde atrás de Carmona y un gran pase de Álvaro Vázquez a la espalda de la defensa que Djurdjevic, en su línea, desaprovechó. Una vez más, solo fue noticia el serbio por sus protestas y sus tensiones con los rivales, castigadas con otra amarilla.

Finalmente queda lo importante, la victoria que da aire al Sporting y le aleja del peligro. También la confirmación del rol que debe tener Pedro Díaz en este equipo. Y el deseo de que, con la confianza que puede dar este triunfo, el equipo vaya mejorando con una apuesta, la de Djukic, plausible pero que requerirá mucha labor.

David González

David González

Vinculado a SER Gijón desde 1998. Director de SER Deportivos Gijón y voz de los partidos del Sporting...

 
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