El cambio climático no aumenta la frecuencia de fenómenos como "Gloria" pero sí su virulencia

Palma

Gloria fue una borrasca extraordinaria por su intensidad y los fenómenos que trajo asociado pero es típica de nuestras latitudes. El catedrático de la UIB Romualdo Romero asegura que el cambio climático no aumenta la frecuencia de estos fenómenos pero sí su virulencia.

El catedrático de Física de la UIB, Romualdo Romero habla de probabilidades en Hoy por Hoy Mallorca, no de cuantificar, a la hora de padecer fenómenos como la borrasca Gloria. Afirma que en su formación no llama la atención pero se dieron condiciones óptimas para que alcanzase mucha intensidad por la gran diferencia respecto al anticiclón del norte que dio lugar a los vientos fuertes y temporal marítimo.

Romero reconoce que los estudios no concluyen que estos fenómenos puedan ser más frecuentes a futuro pero con el cambio climático aumentan sus efectos "no hay razones para pensar que la frecuencia de borrascas típicas tropicales aumente en el futuro, puede ser que incluso disminuya en el Mediterráneo, pero si es verdad que con el cambio climático la probabilidad de fenómenos extremos como lluvias fuertes, grandes episodios de calor y frío o temporales, se vuelven más probables"

Señala Romero que entre las preocupaciones de los expertos está el aumento del nivel del mar, 20-25 centímetros en el último siglo, aunque más en las últimas tres décadas. Los modelos de simulación del clima dicen que seguirá esta tendencia y parece bastante claro aumentar 80 centímetros a final de siglo. Algo que tendrá especial impacto en tierras bajas y en zonas urbanizadas cerca de la costa "temporales futuros sin ser extraordinarios tendrán gran impacto si tenemos en cuenta que el nivel del mar puede subir, le sumamos un temporal con la marejada ciclónica que aumenta el nivel del mar y un oleaje, los daños serían comparables a Gloria"

Romero llama a intentar actuar desde ya. Si bien no se pueden revertir ya los efectos del cambio climático sumados a la acción del hombre como la emisión de gases invernadero… si se pueden atenuar.

Para volver al equilibrio natural, si no se emitiera desde ya ningún gas, tardaría siglos. Con lo que la opción es trabajar, señala el catedrático de la UIB, para que no aumente la temperatura global hasta 5 grados como auguran las peores expectativas y que lo haga dos grados como máximo.