Enrique López, sexólogo del Departamento de Salud de Elda: "Las personas no somos medias naranjas"

Elda

El psicólogo y sexólogo del Departamento de Salud de Elda, Enrique López, ha estado en el programa Hoy por Hoy Elda Vinalopó hablando de los mitos del amor romántico en este día de San Valentín.

El mito del amor romántico es la creencia que dice que para ser feliz es necesario tener pareja, así como ese pensamiento de que existe una “persona adecuada” para cada uno, tal y como ha explicado el psicólogo, haciendo hincapié en que “las personas no somos medias naranjas”.

Además, ha hablado de las relaciones sentimentales, diferenciando las tóxicas y las sanas. En este sentido, una buena relación comienza con esa fase de enamoramiento, “es necesario ese enamoramiento previo”. Tras ello, las personas se conocen a fondo y llega el momento de “te vuelvo a elegir”, es decir, se afianza la relación y aparece el compromiso entre ambas personas. Asimismo, “conforme maduramos la relación cambia y hay que aceptar al otro con sus virtudes y defectos”, ha explicado López.

Por otra parte, respecto a esas frases como “el amor puede con todo” o “sin ti no soy nada”, el psicólogo ha sido muy claro: “El amor no puede con todo” y “todos somos alguien antes de conocer a una persona”.

A su vez, en toda relación tóxica se dan dos factores celos y posesión. Las agresiones y el maltrato se relacionan con estos sentimientos pero también con “el control y el poder que solemos relacionar con signos de amor”. Sin embargo, esto no tiene nada que ver con la realidad ya que, como afirma Enrique López “los celos son una prueba de egoísmo, posesividad e inseguridad”.

Los celos normalmente son infundados y se basan en “fantasías, creencias y criterios delirantes”, por lo que “una persona con un problema de celos puede llegar a imaginar que su pareja tiene relaciones con otra persona”.

A pesar de todo, “el amor romántico lo sufre todo el mundo, sobre todo si no nos hemos librado de estas creencias”. La clave del éxito se encuentra en conocerlas y saber cómo diferenciarlas y así pasar por ese proceso de deconstrucción personal en el que cada uno aprende a diferenciar comportamientos tóxicos y sobre todo, a cambiarlos.