Los Enemigos, cómo hemos cambiado

Fuenlabrada

Los Enemigos nunca han sido un grupo de grandes ventas, conciertos en estadios u oropeles varios. Pero sí han sido culpables de que un nutrido grupo de chavales decidiera intentar imitar sus portentosos riffs de guitarras o las mordientes letras, en ambos casos paternidad, mayoritariamente, de Josele Santiago. Por eso que regresen con nuevo disco merece honores de Estado, de Estado del Rock al menos. ‘Bestieza’ se llama la criatura y se presenta con ‘Siete mil canciones’, tema que ya rondaba hace más de quince años cuando la banda se separó. Seguimos echando atrás el reloj para escuchar los inicios de uno de los grandes grupos de rock de bar de España.

Al calor de la cerveza del barrio madrileño de Malasaña nacía en 1986 ‘Ferpectamente’, un disco mezcla de descaro, guitarras todavía un poco retraídas y buenas dosis de humor lírico. La ópera prima de la banda se abría con ‘Fuagrás’ y daba paso a temas no especialmente memorables pero que supusieron la antesala de su primer gran trabajo que llegó dos años después bajo el título ‘Un tío cabal’.

El single ‘John Wayne’ fue uno de los primeros clásicos de la banda, que empezó a caracterizarse no únicamente por el rock rabioso, saturado y sobrerrevolucionado que en ocasiones copaba el panorama ochentero, sino que los medios tiempos y la pausa necesaria en muchos temas de rock, por muy duro que fuera, también daban un sello personal al grupo. Sello que se vio absolutamente consolidado con su tercer disco, ‘La vida mata’, y una de sus mejores cartas de presentación: ‘Septiembre’.

Era 1990 y encontramos un álbum mucho más cargado de potencia rockera pero sobre todo de mayor oscuridad. Como ejemplo valga esta canción sacada directamente de un periódico que narraba el suicidio de un joven. Un año después el disco tuvo continuidad con ‘La cuenta atrás’, que confirmó que Los Enemigos vivían su mejor momento artístico. Musicalmente, todo iba a mayor gloria de unas letras que estaban más perfiladas y que ya generaban escuela.

Sin embargo el buen momento artístico de Los Enemigos contrastaba con altibajos vitales por diferentes motivos, incluidos los problemas con las drogas, el fallecimiento de su manager en 1992 o el cambio de sello discográfico que se finiquita con un disco de descartes. Regresan en 1994 con ‘Tras el último no va nadie’, una producción más saturada y sucia en la que destaca ‘Por qué yo’.

Pudiera parecer en algún momento que la adversidad, el cambio de década o las etapas alejados de los escenarios iban a hacer tambalear a la banda, pero nada más lejos de la realidad. Lo confirmaron en 1996 con el contundente ‘Gas’, que volvió a sentar cátedra con temas como ‘Dentro’.

Es por esta época también cuando participan en un magnífico disco tributo a Joan Manuel Serrat con la versión acelerada y punki de ‘Señora’, que les quedó tan redonda que de inmediato pasó a ser uno de sus clásicos.

El grupo también consiguió inmiscuirse en el mundo de las bandas sonoras pero es momento de andar hacia delante para encontrar en 1999 ‘Nada’, que incluía uno de los mejores ejemplos de lo que Los Enemigos, y en concreto Josele Santiago, podían hacer con un tema más lento y de trato exquisito.‘Ná de ná’ no fue una sorpresa, porque ya sabíamos que el grupo no se reducía a aporrear guitarras, pero aun así marcó un nuevo hito en su discografía. Pero también vamos a pinchar otro de sus imprescindibles que también se alojó en este disco con las insuperables letras de ‘Me sobra carnaval’.

Tras semejante cosecha Los Enemigos deciden por fin editar un directo pero también poner fin a su relación. La rutina y el cansancio les llevan a aparcar el camión del grupo durante una década, aunque afortunadamente, primero con una gira y luego con un disco, regresaron al escenario. Nos despedimos con ese renacimiento que dieron en llamar ‘Vida inteligente’ y que publicaron en 2014 para demostrar que Los Enemigos volvían a dar guerra.