En Santa Cruz de Abranes se vive mejor

Pedralba de la Pradería

Las historias del coronavirus nos han llevado hasta Santa Cruz de Abranes. Es una pedanía de Pedralba de la Pradería. De esos sitios a los que muy pocos han ido, pero que quizá alguno recuerde de cuando algún mal fuego de los veranos. De hecho su desvío se pasa de largo, camino de Braganza por la frontera de Calabor…

En realidad, acabamos en Santa Cruz de Abranes por una cuestión de logística: para ver si podíamos evitar los 30 kilómetros de rodeo por Puebla de Sanabria para llegar desde Calabor a Rihonor, otro anejo de Pedralba. Pero en la primera casa del pueblo (hay unos 20 habitantes tan sólo) sus residentes nos desengañan: el camino a Rihonor (unos 9 kilómetros) está cortado por el cierre de frontera…

Quien nos lo dice es Jesús García que, casualmente, resulta que es el teniente de alcalde de Pedralba. Reside a caballo entre Santa Cruz de Abranes y Madrid, donde tiene una empresa de 250 trabajadores. Entre otras cosas, nos cuenta que el ayuntamiento está ayudando a los vecinos, llevando comida o medicamentos a quien lo necesita.

Asegura que el confinamiento se lleva a rajatabla, aunque siempre hay algunos mayores que, en solitario, estiran un poco las piernas, amparándose en la soledad y el aislamiento que en si mismo sufre el pueblo.

Jesús García reconoce que se alegra que el confinamiento los pillara en Santa Cruz de Abranes, porque admite que las restricciones son más llevaderas. No obstante, sus hijos y nietos, se han quedado en Madrid y asumen que no pueden ir al pueblo para no poner en peligro a su familia. Aquí se vive mejor, proclama.

En su caso, ya estaban en el pueblo antes del estallido del coronavirus, pero reconoce que el Ayuntamiento se planteó medidas si hubieran notado la llegada de muchos visitantes de fuera. Sin embargo, matiza que apenas ha ido gente.