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REAPERTURA DEL COMERCIO

La incertidumbre marca la apertura del comercio en Cuéllar que pide a los vecinos que apuesten por lo local

Los comerciantes consideran necesario que las administraciones se impliquen para reimpulsar la economía

Pilar Martinez atiende en el interior de la librería que regentaRadio Cuéllar

Cuéllar

Tras el primer día de apertura de comercios de diversa índole, pero bajo cita previa, en Cuéllar ha causado distintas sensaciones. Por un lado de sorpresa ante el interés de clientes por comprar pero también la incertidumbre de lo que deparará el futuro. En la céntrica calle Chorretones de Cuéllar, Ángel Carlos Hernando, responsable de Deportes Giocco, comenta que no se esperaba que les llamara tanta gente no solo para ver, sino para comprar. A lo largo de la jornada del lunes el goteo de clientes fue continuo, sin acumulación y tan solo en un par de ocasiones un cliente tuvo que esperar en la puerta del comercio.

Hernando ha instalado un dispensador de gel hidroalcoholico en la entrada del establecimiento y la limpieza es continua en las instalaciones. Además cuenta con una máquina de rayos ultravioleta para la desinfección del local y la ropa. “En general la gente fue muy respetuosa con el mantenimiento de las distancias y las medidas de seguridad”, explica haciendo referencia a su experiencia y a lo que pudo observar en los comercios de la zona. No obstante la incertidumbre está presente porque considera Hernando que la reacción del primer día puede ser también por el ímpetu de salir de casa como ocurriera con los paseos y la práctica de deporte el fin de semana.

Por su parte Pilar Martínez, de la librería El Desván de Papiana Carbajo, situada en la calle Las Parras explica que en la jornada del lunes la gente tiene más necesidad de compras, “los padres salen a hacer la compra al supermercado y si sus hijos necesitan material escolar, cuadernos, pinturas, fotocopias para los trabajos del colegio, aprovechan”. Ella también ha tomado las precauciones necesarias para atender a los clientes mediante cita previa. “Estamos aprendiendo a ser más pacientes, no nos queda más remedio que esperar el turno. La cita previa sirve para organizarnos, realizar pedidos y ahorrar tiempo a la hora de despachar los productos”, opina.

El ambiente de comercio en la calle Las Parras es distinto al de la calle Chorretones ya que no todos los comercios están abiertos, aunque en algunos de los establecimientos el cartel de cita previa cuelga del escaparate junto al teléfono de contacto. “El ambiente es distinto, es al ralentí, hay incertidumbre porque se trabaja a medias y la gente se pregunta hasta cuando tendrán que seguir así”, apunta. Por este motivo, ahora más que nunca, considera que hay que apoyar el comercio local, desde los propios vecinos consumiendo en ellos a las administraciones apoyando y concienciando sobre la importancia de consumir en la localidad. “Entre todos nos ayudamos y aún no hay el movimiento de antes. El comercio quiere seguir estando cercano al cliente y tenemos que ayudarnos entre todos y autoconsumirnos”, estima Martínez. Ángel Carlos Hernando considera que el Ayuntamiento tiene que plantearse medidas que puedan facilitar que el comercio arranque porque partimos de cero, la economía se paró radicalmente, no solo ayudar al comercio sino a toda la actividad industrial de la localidad para que se vean afectados lo menos posible y no tengan que cerrar sus negocios, sobre todo en la hostelería”, concluye.

 
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