Política

La Ribera y El Revillano ya pueden estrenar la etiqueta IGP "Morcilla de Burgos"

El órgano de gestión de la nueva Indicación Geográfica Protegida aprueba el uso de este sello de calidad para las cinco elaboradoras acogidas a esta marca, entre las que se encuentran ambas firmas ribereñas

Entre los productores que han presentado la etiqueta que identificará los productos amaparados por la marca de calidad se encuentra Maribel Martín de Morcillas El Revillano / IGP Morcilla de Burgos

Burgos

Las empresas ribereñas Morcillas La Ribera y Morcillas El Revillano ya pueden sacar al mercado sus productos bajo el sello de calidad que las reconoce como auténticas “Morcillas de Burgos”. Esta firmas ribereñas son dos de las cinco primeras elaboradoras que ya pueden usar la etiqueta de la IGP Morcilla de Burgos, tal y como acaba de aprobar el órgano regulador de esta marca, un sello de calidad que se ha conseguido tras 25 años de trabajo, el acuerdo entre las operadoras y la reciente aprobación por parte de la Unión Europea. A partir de ahora podrán comprarse en el mercado estos embutidos bajo la identificación que garantiza su origen y los requisitos de calidad y composición exigidas por su reglamento, ya que este sello de calidad ampara las características organolépticas del mencionado alimento. Entre los requisitos fundamentales para poder etiquetar este producto como “Morcilla de Burgos” destaca la utilización de la cebolla horcal, una hortaliza autóctona de la provincia burgalesa, rica en fibra y azúcares, que aporta a la morcilla “una mayor calidad y una cualidad diferencial reconocida por la Unión Europea” tal y como indican desde la propia IGP. Precisamente será la capacidad de contar con este producto la que determinará las etiquetas que cada operador podrá solicitar. El órgano regulador espera que este año las etiquetas solicitadas por los productores certificados lleguen a un millón.

Las cinco empresas cuyos productos ya cuentan con certificación son Embutidos de Cardeña, Embutidos El Pozano, de Poza de la Sal, Morcillas San Lesmes de la capital burgalesa y las dos mencionadas empresas ribereñas, Morcillas La Ribera y Morcillas El Revillano. Un listado que aumentará en los próximos días, a la espera de que se aprueben cinco solicitudes de certificación ya cursadas y otras dos más pendientes de tramitar.

El órgano de gestión de la IGP confía en la capacidad de este sello de calidad para generar riqueza y empleo en los operadores del sector cárnico que apuesten por esta marca. Sus promotores consideran un hito el acuerdo por el que se autoriza el comienzo del etiquetado de este producto. “Este hecho permitirá, para siempre, que un producto cárnico emblemático y tradicional perdure en el tiempo.”

 
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