Los restauradores esperan acabar por fin con los problemas de humedades en la fachada del Palacio de Guevara

Lorca

El equipo de restauradores que se ocupa de la rehabilitación de la fachada de piedra del Palacio de Guevara de Lorca, el principal ejemplo del barroco civil en la Región, ha retirado cinco capas de mortero de cemento aplicadas consecutivamente desde los años 60 del siglo XX, que eran la causa principal del deterioro del frontis escultórico del edificio.

La restauradora Lucía Rueda ha explicado que bajo una capa de pintura se han localizado las cinco capas sucesivas de mortero con cemento blanco en su composición, que había endurecido la costra superficial y provocaba severos problemas de humedad en la piedra caliza por falta de oxigenación.

Esos añadidos, que no estaban documentados, se utilizaron para tapar agujeros importantes en las tallas y pérdidas de volumen, pero "no dejaban respirar a la piedra, que ya de por sí es muy blanda y muy porosa".

Los morteros ya han sido retirados con un complejo proceso de desmenuzado sin tocar la piedra original "en una operación muy delicada" y se han encontrado rellenos de cemento porlan de hasta diez centímetros de profundidad.

La falta de transpiración de la piedra ha provocado durante décadas un grave problema de humedad en el lateral derecho de la portada que se generaba a ras de suelo y ya había alcanzado una altura de dos metros.

Hasta ahora los técnicos barajaban diversas hipótesis para explicar el fenómeno, que estaba provocando una alveolización de la piedra, entre ellas el paso de una acequia subterránea bajo el palacio o un problema de condensación generado en el zócalo del edificio por los cristales que en el suelo ocultaban el sistema de iluminación ornamental de la fachada.

Ninguno de los tratamientos realizados en los últimos años para revertir el proceso había surgido efecto y los restauradores esperan que este tratamiento sea el definitivo para garantizar la conservación de este bien de interés cultural.

Los tratamientos han permitido determinar que la piedra del palacio no era ocre ni gris, tonalidades que correspondían a las pátinas de la pintura y de la polución, sino blanca, y de ese color lucirá la fachada cuando se retire el andamio con cajón de madera que aún la oculta.

El alcalde, Diego José Mateos, y la concejala de Cultura, Ángeles Mazuecos, han visitado este jueves esas obras, que financia el ayuntamiento con 40.000 euros, que terminarán en el plazo de un mes.