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El 'mujo picón', en peligro de extinción

El mujo picón es un alga parda que forma grandes bosques marinos de importancia vital para los ecosistemas de Canarias. Son "ingenieras de ecosistemas" al servir de refugio y alimentación para un gran número de especies de peces e invertebrados y suponen un importante sumidero de carbono, algo vital para para lucha contra el cambio climático.

Ceba amarilla en Gran Canaria / IU-ECOAQUA

Las Palmas de Gran Canaria

Se llama mujo picón, mujo o seba amarilla, y se trata de un alga parda muy productiva que forma grandes bosques marinos de importancia vital para los ecosistemas de Canarias. Los bosques de seba amarilla, una macroalga científicamente conocida como Cystoseira abies-marina, se consideran verdaderas “ingenieras de ecosistemas” al servir de refugio y alimentación para un gran número de especies de peces e invertebrados, muchos de ellos de interés comercial para las pesquerías locales. Además, los bosques de mujo participan en los ciclos de reciclado de los nutrientes y suponen un importante sumidero de carbono, algo vital para para lucha contra el cambio climático.

Una reciente investigación liderada por el Instituto Universitario de Acuicultura Sostenible y Ecosistemas Marinos (IU-ECOAQUA) de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, ha permitido confirmar la estacionalidad de esta producción de biomasa, con dos picos de crecimiento a lo largo del año, el más grande en abril y uno menor a comienzos del otoño. No obstante, tras cinco años de estudio, se confirma la rápida y masiva desaparición de estos bosques de algas en la isla de Gran Canaria, una especie incluida en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas, hasta el punto de que en los últimos 40 años se ha experimentado una reducción enorme: en la actualidad su presencia se limita a menos del 1% de la que había en los años 80.

Según José Valdazo, el investigador principal de este estudio, las causas que han llevado a esta desaparición masiva son varias, y no sólo achacables a la creciente presión urbanística de la costa. El sobrepastoreo por herbívoros, es decir la presencia masiva de erizos, “ha dado lugar auténticos desiertos marinos donde uno de los grandes perjudicados han sido los bosques de Cystoseira”.

Obviamente, detrás de este sobrepastoreo está la sobrexplotación pesquera, que ha mermado las principales poblaciones marinas que se alimentan y, por lo tanto regulan la presencia de erizos. A este cúmulo de circunstancias se le añade, según Valdazo, “el calentamiento global”, ya que el aumento de las temperaturas incide negativamente sobre la biología de esta especie, en especial en los ciclos reproductivos. A la vista de la importante disminución del tamaño y presencia de estos bosques de algas, tan necesarios para los ecosistemas marinos canarios, el IU ECOAQUA asegura que “se hace evidente la necesidad de aplicar políticas de conservación y restauración del mujo picón en Canarias”.

De hecho, esta especie está incluida en el Catálogo Canario de Especies protegidas y recientemente también ha sido incluido en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas. Según el investigador, es fundamental “caracterizar con detalle los ciclos estacionales en la estructura de las poblaciones, además de conocer los factores ambientales relevantes que los modulan”.

Valdazo, que está finalizando su doctorado en la ULPGC en Calidad Ambiental y Recursos Naturales, recuerda que los bosques de Cystoseira “son muy densos y productivos, por lo que aportan una gran biomasa a los ecosistemas costeros”. Para su conservación y multiplicación, es importante conocer que la persistencia de la especie depende de que las poblaciones mantengan altas densidades. Además, añaden desde el IU ECOAQUA, los bosques de Cystoseira abies-marina “deberían considerarse en las estrategias de conservación y restauración de carbono azul para enfrentar el cambio climático en el mundo”.

 
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