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El BNG se convierte en el líder de la oposición tras su espectacular subida

La candidata del BNG a la Presidencia de la Xunta, Ana Pontón, ha logrado situar a la formación nacionalista como primera fuerza de la izquierda con el mejor resultado en escaños de su historia, al conseguir 19 escaños, uno más que el techo electoral cosechado en 1997

La candidata del Bloque Nacionalista Galego (BNG) a la Xunta de Galicia, Ana Pontón, en el Parlamento gallego durante una entrevista para Europa Press, en Santiago de Compostela, A Coruña, Galicia (España), a 22 de junio de 2020. / Álvaro Ballesteros - Europa Press EUROPA PRESS

Madrid

La candidata del BNG a la Presidencia de la Xunta, Ana Pontón, ha logrado situar a la formación nacionalista como primera fuerza de la izquierda con el mejor resultado en escaños de su historia, al conseguir 19 escaños, uno más que el techo electoral cosechado en 1997. Precisamente, aquellas fueron las primeras autonómicas en las que Pontón pudo votar.

Tras una campaña centrada en su figura, Pontón tiene cuatro años por delante como líder de la oposición de una izquierda que no ha conseguido desbancar a Alberto Núñez Feijóo al frente de la Xunta y en un escenario de vuelta a la legislatura de 2009, con solo tres formaciones políticas. Fue en 2012 cuando parte del nacionalismo se alió con Izquierda Unida e irrumpió AGE con nueve diputados capitaneados por Xosé Manuel Beiras cuando el Parlamento gallego encadenó ocho años con cuatro formaciones políticas.

De hecho, Beiras había conseguido el hasta ahora máximo histórico del BNG, en 1997, con 18 escaños. Lo hizo ante Abel Caballero, ahora alcalde de Vigo y, precisamente, tío del candidato del PSOE a la Presidencia de Xunta en estas elecciones, Gonzalo Caballero.

En una comunidad en la que, según el CIS solo se declara con tendencia nacionalista alrededor de un 20%, Pontón ha conseguido no solo situar al BNG en su máximo histórico con cerca del 24% de los votos, sino también arrebatar el liderazgo en la izquierda al PSOE en un momento en el que en el Gobierno central están los socialistas, en coalición con Unidas Podemos, que ha cosechado un fracaso este domingo en Galicia al no obtener ningún representante.

En seis años de liderazgo, Ana Pontón logró reconstituir a una organización sangrada por dentro por las escisiones de 2012, ya cicatrizadas, y superar una 'travesía del desierto' en la que, en el peor momento, consiguió que el BNG salvase su grupo parlamentario con seis parlamentarios conseguidos en 2016. Y lo hizo, renovando las caras y situando al frente de las candidaturas a jóvenes mujeres como lo son Olalla Rodil y Noa Presas, número uno por Lugo y por Ourense, respectivamente.

El reto de Ana Pontón, como comentaban algunos colaboradores en días pasados, es consolidarse ahora como 'jefa' de la oposición y preparar el terreno para dentro de cuatro años, aumentando la experiencia de una joven, pero experimentada parlamentaria. La dirigente nacionalista pedía hacer "historia" en Galicia con un cambio político para situar a una mujer al frente de la Xunta y, aunque se ha quedado sin este objetivo, aspira a que el BNG siga creciendo en los próximos años.

El PSdeG no consigue mejorar sus resultados

Por su parte, el PSdeG, con Gonzalo Caballero (Ponteareas --Pontevedra--, 1975) al frente, sale de esta cita sin haber alcanzado la meta marcada para estos comicios, para los que contó con el apoyo de la dirección federal del PSOE y con la presencia de diversos ministros durante la campaña.

Y es que los socialistas aspiraban a volver a ostentar el liderazgo de la izquierda gallega, una posición que perdió en las autonómicas de 2016. En esa ocasión, tocaron suelo y se situaron en los 14 escaños --el mismo número de escaños que el cosechado este domingo--, convirtiéndose en tercera fuerza por detrás de una En Marea que en aquel momento irrumpía en el panorama político gallego con el viento a favor.

Tras coger las riendas del partido en octubre de 2017, Gonzalo Caballero aparcó su plaza de profesor de Economía Aplicada en la Universidad de Vigo (UVigo) para liderar la carrera socialista a las urnas, con la satisfacción de haber devuelto al PSdeG una paz interna que ya no se recordaba en sus filas.

Hasta su llegada a O Pino tras vencer a Juan Díaz Villoslada en unas primarias internas en las que pactó con el actual presidente del partido y senador Xoaquín Fernández Leiceaga, el PSdeG atravesaba un tiempo de transición en el que una gestora dirigía a un partido sin secretario xeral tras la dimisión de José Ramón Gómez Besteiro. Ahora queda por ver si el resultado registrado en estos comicios, en los que no consigue mejorar sus datos, permitirá que esta paz continúe.

Casado y con dos hijos, es doctor en Economía por la UVigo y en Ciencia Política por la USC. Conocido por ser muy aplicado durante sus estudios, sus colaboradores lo definen como un apasionado de la docencia.

Durante años fue considerado la cabeza visible del sector crítico del PSdeG, fundamentalmente en la ciudad olívica, con un mensaje cimentado en el protagonismo de la militancia de base y en la crítica al aparato. Precisamente, las diferencias con su tío, el alcalde de Vigo, Abel Caballero, marcarían el apoyo a proyectos distintos a lo largo de la historia del partido si bien se dejaron a un lado en los últimos tiempos.

Galicia en Común, fuera

Cuatro años después de ser segunda fuerza en el Parlamento gallego bajo el paraguas del partido instrumental En Marea, las fuerzas motoras de aquel proyecto y que hoy día viajan en Galicia En Común-Anova Mareas están fuera del Pazo do Hórreo al no conseguir el 5% de los votos en ninguna de las cuatro circunscripciones.

Detrás quedan cuatro años de luchas intestinas y una escisión, además de la pérdida de las 'joyas de la corona' del espacio político: los gobiernos de Santiago, A Coruña y Ferrol. La coalición de Podemos, Esquerda Unida, Anova y las mareas de Santiago y A Coruña -que repitieron su alianza cerrada 'in extremis' para los fallidos comicios de marzo- han perdido el apoyo de más de 200.000 gallegos respecto a las últimas autonómicas.

Antón Gómez-Reino, el hombre enviado hace dos años por el líder de Podemos, Pablo Iglesias, para apaciguar las revueltas aguas del partido en Galicia y pilotar el espacio político, se queda sin acta de diputado tras una campaña en la que En Común fió su estrategia a hacer gala de la presencia de Unidas Podemos en el Gobierno.

Ocho años después de que el 'germen' del rupturismo, Alternativa Galegas de Esquerda, modificase el mapa político gallego con su irrupción en el Parlamento, el fracaso en las urnas de Galicia En Común devuelve a O Hórreo a su configuración previa a 2009 y cierne incógnitas sobre el futuro de un espacio político que en menos de un año y medio era segunda fuerza autonómica y gobernaba tres de las siete grandes ciudades gallegas.

 
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