Llamamiento por una investigación policial seria

Vigo

Negligencia policial y parálisis judicial. Así resumen los abogados de la familia de Déborah Fernández-Cervera la investigación de su presunto asesinato. Después de pasar 52 policías, 7 jueces y 3 fiscales por este caso, entienden que es el momento de enseñar a la opinión pública todos los errores que se han cometido, hecho que ha provocado que dieciocho años después no se conozca la causa de su muerte ni tampoco quién es el responsable. Su familia no entiende cómo no se ha realizado hasta el momento una investigación policial seria y todavía se sigan pistas falsas.

Entre las deficiencias encontradas detectan que no se haya investigado de forma pormenorizada el escenario donde Déborah fue vista por última vez, que se hayan omitido llamadas entrantes y salientes de su teléfono móvil, que declaraciones recogidas en los atestados no aparezcan en los autos judiciales o que no se comprobase el maletero del coche del novio (denominado Arcano por los letrados) que olía a podrido, dando por buena la afirmación de que en su interior había una caja de langostinos que se habían estropeado. Errores flagrantes que dejan muchas preguntas sin responder.

De cara al futuro, un experto en criminología, Óscar Tarruella, ha recomendado a la familia de Déborah realizar, entre otras tareas, un informe criminal-pericial de parte, mostrar fotos de los sospechosos a los últimas personas que vieron a la joven o la exhumación de su cadáver.

A pesar de todas las dificultades, la familia anuncia que no parará hasta conocer la verdad y que medita emprender acciones penales contra los funcionarios policiales que, presuntamente, están obstruyendo su investigación.