Peter Lim y la coartada de los futbolistas

Valencia

El partido ante el Huesca no cambia el guión de todo lo dicho y escrito después de la victoria contra el Levante y el empate en Balaídos. Es demencial y bordea la negligencia deportiva que el Valencia, tras la marcha del pasillo de seguridad que trajo la Copa del Rey 2019 y la clasificación para la Champions League, no se haya reforzado con un solo jugador contrastado.

La coyuntura, como ha quedado suficientemente probado después de las tres primeras jornadas, no está para fundamentar la reconstrucción del equipo en la youth policy. Es, por encima de todo, un flaco favor a los propios chavales, que sucumben en el mar de nervios que hoy en día es el grupo. Yunus ha perdido fuelle tras su espectacular estreno, Racic no es Coquelin y Hugo Guillamón ha confirmado en su primer partido como titular todo lo que decían los informes de Mateu Alemany, César Sánchez o Corona, por poner algunos ejemplos.

Pero todo el discurso en el entorno -y el nuestro, como parte del mismo- no puede limitarse a insistir en la evidencia de los necesarios fichajes. Javi Gracia ha metido hoy en el once inicial a futbolistas como Gayá, Wass, Kondogbia, Guedes y Maxi Gómez. Con esa base, es muy preocupante que el Valencia parezca el recién ascendido, perdido ante el fútbol y la claridad de ideas de un Huesca valiente y con poso. El equipo que quería, remontaba y competía en la pretemporada ha ido diluyéndose con el transcurrir de las semanas, seguramente contagiado de la toxicidad societaria que impregna cada rincón de Mestalla. 

También conviene hablar de fútbol. La pareja Kondo-Racic para jugar en casa exige un cambio de sistema. Sin la variable de Kang In o Carlos Soler por dentro (del fichaje de un centrocampista organizador ni hablamos), la propuesta ofensiva muere en la salida desde atrás.

Si la SAD aún le interesa lo más mínimo, Peter Lim tiene la obligación de dar luz verde a esa inversión de hasta 18'7 millones de euros que permite el mecanismo financiero de LaLiga. Pero, llegue o no el dinero desde Singapur, el grupo debe dar más. Del primero al último. Lo de hoy no puede repetirse. Ni una sola vez.