El presidente del TSJCyL ve más preocupante la crisis política que la sanitaria o la económica

Burgos

El presidente del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, José Luis Concepción, ve más preocupante la crisis política que “se vislumbra en lontananza”. En su discurso en la Apertura del Año Judicial en Castilla y León, Concepción ha señalado que “lo peor de lo vivido hasta ahora no ha sido la crisis sanitaria que todavía nos acecha, ni las consecuencias económicas que, derivadas de una más que discutible gestión, abocarán a muchos de nuestros ciudadanos a la quiebra”.

En su opinión, lo más “inquietante” es el “negro panorama político” que se vislumbra en lontananza. Se ha referido a ese panorama como una “crisis política” que comienza con la renuncia a renovar las instituciones, que prosigue con la tentación de realizar reformas legislativas a medida para casos concretos, y concluye con un “ataque larvado y constante al Jefe del Estado desde algunos sectores incrustados en las propias instituciones”.

En este sentido, se ha referido de manera especial a la situación del Consejo General del Poder Judicial, que lleva dos años prorrogado en funciones sin que los que ostentan la responsabilidad de renovarlo sean capaces de cumplir con ese mandato constitucional. Ha recordado que la responsabilidad de esa renovación “se sustrajo a los jueces hace 35 años sin que ningún Gobierno haya hecho nada para restituirla y se ha mostrado convencido de que, de haberse hecho, “hubiéramos sabido ejercerla con la responsabilidad que es propia de todos los actos del Poder Judicial”.

El presidente del TSJCYL ha hecho también referencia a las consecuencias de la pandemia en la administración de Justicia, que han obligado a cambiar la forma de trabajar “tratando de ganar medios que ya antes eran normales en otros ámbitos de la vida”.  Sin embargo, ha considerado que la “tradicional desidia” a la hora de aportar los medios de trabajo por parte de las administraciones que deben encargarse de ello ha hecho “verdaderamente difícil esta empresa”.

En este sentido, ha explicado que mientras el teletrabajo se instalaba en algunas esferas de lo privado y lo público de manera cotidiana, en la administración de justicia han padecido los “rigores de sistemas obsoletos”. Esto les ha llevado, según ha asegurado Concepción, a tener que utilizar instrumental de su propiedad y sistemas de videoconferencia ajenos a los instalados por el Ministerio de Justicia en las, muchas veces, “desquiciantes terminales informáticas puestas a disposición de la administración de justicia".