La mejor versión del Sporting vuelve sin premio de Málaga

Gijón

Si hay que perder, que sea así. Da mucha rabia ver al Sporting volverse de vacío de La Rosaleda, pero la derrota no puede eclipsar la mejora futbolística del equipo. El botín de puntos queda como estaba, pero la maleta de las sensaciones positivas regresa cargada. El Sporting no puntuó ante el Málaga porque encajó un gol en la primera parte y porque parecía condenado a no marcar, por mucho que atacara, generara y lo mereciera. Una vez fue el palo, otra Dani Barrio (el portero gijonés del Málaga), en varias ocasiones la maldita falta de puntería y, en un momento clave, una polémica decisión arbitral.

El Sporting fue un equipo completamente diferente al de Tenerife. En La Rosaleda empezó gris, pero con una filosofía diferente. Apostó por la posesión y la velocidad en las bandas; Cumic y Aitor García participaron mucho, aunque ninguno de ellos con excesiva fortuna. El serbio generó pero estuvo demasiado precipitado; el onubense estuvo desacertado y la mala fortuna hizo que solo atinara a marcar cuando el VAR decidió anular. Manu García regresó a la mediapunta (donde debe jugar siempre que se pueda) y, esta vez sí, se echó al equipo a la espalda. Debutó con buenas sensaciones Guille Rosas en el lateral derecho; en el izquierdo sigue el inexplicable ostracismo de Pablo García para hacerle hueco a Saúl García. Volvió Babin al centro de la zaga y actuó como titular Gragera, dando descanso a Javi Fuego y dejando detalles aunque también algún error que pudo salir caro, de no haber sido por Mariño. Le acompañó en el eje Pedro Díaz, que no está en su mejor momento futbolístico.

Empezó mejor el Málaga, que se adelantó en un contrataque de libro. Pero el Sporting supo reaccionar. Perdonó la primera Aitor García antes del descanso. Gaspar, que sustituyó a un cabreado Cumic, estrelló en el palo un gran servicio de Manu García. Y de las botas del mediapunta salió precisamente, la acción polémica del partido, la única en la que el Sporting logró enviar el balón al fondo de la red, pero que fue anulada por un fuera de juego milimétrico de Aitor García. Nunca sabremos si el árbitro y el VAR no consideraron mano el golpeo de Escassi con el brazo o si, al analizar la jugada cronológicamente, señalaron el fuera de juego sin valorar esa posible mano.

Siguió el Sporting atacando y atacando. Imperdonable fue el error de Aitor García, que disparó desviado con casi toda la portería para él. Ya sobre la bocina, Djurdjevic lo intentó de falta, pero el balón desviado por un jugador malaguista lo sacó a córner Dani Barrio.

El Sporting no suma puntos, pero recupera sensaciones. Y de lo segundo no se come, pero facilita que llegue lo primero.