Seguidismo político

Jerez de la Frontera

Asistimos la semana pasada, con motivo del circo de variedades en que la moción fallida de Vox convirtió el Congreso de los Diputados a la supuesta ruptura del Partido Popular con el partido de ultraderecha. Este movimiento en principio inteligente por parte del líder del PP sería creíble si sus actos no se empeñaran en demostrar lo contrario.

En Andalucía se ha eliminado el teléfono de asistencia a las víctimas de violencia de género, al igual que se ha eliminado el teléfono de atención a la infancia, o a las personas mayores. Todo esto ha sido sustituido, siguiendo las directrices y condiciones marcadas por Vox, por un teléfono llamado “de Información sobre la Violencia Intrafamiliar”, aceptando así el gobierno Andaluz los postulados negacionistas de la ultraderecha, eliminando el machismo como causa de la violencia que se ejerce específicamente sobre las mujeres. Abandonando a las víctimas en un totus revolutum como si en una familia todos fueran contra todos; que digo yo que hasta el maltrato animal estará aquí incluido, al fin y al cabo son parte de nuestra familia.

Ironías aparte, el ruido mediático y necesario por otra parte que la pandemia provoca, está ocultando el desmantelamiento de servicios asistenciales tan necesarios como la atención específica a las víctimas de violencia machista. Nunca en democracia las políticas de atención a las mujeres víctimas de violencia de género habían provocado disenso político. Hasta la llegada de Vox, y lo que es peor el seguidismo que de sus políticas hacen en el PP.

Vox es un partido que todo lo enmierda, pero el PP no está demostrando suficiente valor y talla política para distanciarse de él al menos en la práctica; así que por sus hechos les conoceréis.