Naufragio en Lanzarote: "tenía que ir uno a uno y coger al que se movía"

El naufragio de una patera este martes en las proximidades del muelle de Órzola ha conmocionado a los vecinos de la localidad norteña del municipio de Haría, y a toda la isla de Lanzarote.

Los primeros momentos fueron confusos, sobre todo porque al muelle acababa de llegar Emerlan, con las personas que trasladaba hacia Lanzarote y que viajaban en la patera que arribó a mediodía a la costa en La Graciosa.

Ignacio Fontes, marinero de Órzola, fue uno de los vecinos que se tiró al mar y explica en SER Lanzarote que “era una zona donde la marea estaba tranquila, pero donde había bastantes olas, y además de que no sabían nadar no había nada de salvamento. Nada, no había un aro salvavidas, era con botellas de gasolina abiertas apestando a gasolina, la gente empezó a traernos buggies, era un desastre, es que no había nada. Habían linternas desde tierra que nos producían deslumbramientos".

Relata cómo se tiró al agua y “conseguí sacar a uno. La segunda vez que me tiré fui a por un cuerpo y vi que había perdido la vida. Lo tuve que dejar y seguir a otro que me estaba gritando. Cogí a otro y escuchaba gritos, de niños, escuché un grito como suave pero es que no podía hacer más”.

Este marinero de Órzola se encontró en la difícil tesitura de tener que elegir salvar a las personas que aún se encontraban con vida. “No se me quitaban de la cabeza los gritos de personas, que sabía que estaban ahí pero no podía hacer más”.

El primero en percatarse de lo que estaba ocurriendo fue Marcial Curbelo, que en un primer momento gritó avisando a los efectivos de Emerlan y a la Policía que se encontraban en el Muelle, y corrió de inmediato hacia la zona donde se encontraban las personas pidiendo auxilio, ayudado con la linterna de su teléfono móvil.

“Estaba en el muelle y empecé a escuchar muchos chillidos, muchos ruidos fuera del muelle. Alerté a la Guardia Civil y a los servicios de emergencia. Y eché a correr al lugar de la tragedia. Allí encontré mucha gente en el agua, gente gritando” y repite que “fue un caos” ante la situación de confusión tan grande que se vivió.

“Eran momentos difíciles y solo podías ir a uno, porque corría peligro también mi vida. Tenía que ir uno a uno y coger al que se movía”, lamenta Marcial y añade que “no pude hacer otra cosa. Era muy difícil”.

Tanto Marcial como Ignacio, al igual que el resto de vecinos que ayudaron en el rescate, están aislados esperando por los resultados de las pruebas Covid-19.

Hace tan solo unas semanas, el pasado viernes 6 de noviembre, se cumplía un año desde la tragedia ocurrida en la costa de Caleta Caballo, cuando diez personas perdieron la vida intentando alcalnzar la costa de Lanzarote.