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Instalados en el rol de perdedor

Novena derrota amarilla de la temporada. El traspié ante Benidorm (25-27) devuelve a los ribereños al farolillo rojo

Duelo de gran exigencia física para los ribereños que adolecieron de frescura y cayeron de nuevo en sus propios errores

La férrea defensa y el veloz contragolpe alicantinos cercenaron cualquier posibilidad de remontada

Sin descanso, nuevamente tres partidos en apenas una semana por delante

Plantilla y cuerpo técnico durante la charla posterior al encuentro en la misma cancha del Príncipe de Asturias. / Cadena SER

Aranda de Duero

El Villa de Aranda se ha acostumbrado a competir, pero también a perder. Novena derrota de la temporada para regresar al infierno del farolillo rojo. En esta ocasión Benidorm fue letal (25-27) en una segunda parte en la que los amarillos fueron presa de sus propios errores, nuevamente.

"Estoy cabreado por perder de nuevo", afirmaba tras el encuentro el entrenador de los amarillos, Alberto Suárez. "Hemos vuelto a caer en los errores", ahondaba. Y apuntaba "este equipo tiene que aprender a leer los partidos". Con todo, el BlasGon y CERES se quedó nuevamente a dos goles de puntuar. Ya no vale solo competir, hay que aprender a ganar.

Lo peor, otra vez las sensaciones de un equipo desgastado ante un asfixiante ritmo de competición que dejará cadáveres en el camino. Aquello de jugar tres partidos por semana acabará pasando factura, no solo a los ribereños -que quizás ya lo estén padeciendo- sino al resto de equipos de una Liga ASOBAL extenuante.

Sea como fuere, la decepción ante los alicantinos unida a la victoria de Cangas y el empate entre Sinfín y Cisne devuelven al farolillo rojo al Villa de Aranda.

El encuentro tuvo dos partes bien diferenciadas. La primera mitad dejó ver a un Villa de Aranda competitivo, rápido en las acciones y que supo aplacar a Benidorm para abrir rentas de hasta de tres goles (10-7) pero que finalmente quedó reducida a un esperanzador 12-10 con el que se cerró el primer acto en el 40x20 ribereño.

Y una segunda mitad, horrenda para los intereses arandinos. Nada más podía salir peor. Mal inicio. Exclusiones y pérdidas de balón en las filas del BlasGon y CERES que fueron directamente proporcionales a la aparición de un extraordinario Leo Vial bajo la meta de Benidorm y la férrea defensa de los de Fernando Latorre. Una ecuación a la que se sumó la velocidad terminal al contragolpe que hizo de los alicantinos un equipo letal.

Así se ejecutó la novena derrota de la temporada para los amarillos que dejó una escena elocuente al término del encuentro, la amplia charla para la reflexión de Alberto Suárez con sus jugadores. Un gesto para llamar a la reflexión de cara a lo que se viene, otra semana de tres partidos. Todos fuera de casa.

El primero, el miércoles en Huesca. Seguidamente, viaje a Pontevedra ante un rival directo como Cisne. Y el miércoles siguiente -9 de diciembre-, otro rival directo, Nava. Sin respiro no hay tiempo para lamentaciones. Es tiempo de resistir y crecer.

 
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