El Obra recupera la sonrisa

Santiago de Compostela

Al fin el planel del Monbus Obradoiro recupera la sonrisa y ha podido volver al trabajo en la oficina del Fontes do Sar. Después de confirmarse las últimas altas tras las pruebas PCR, el equipo se ha vuelto a reencontrar en el parqué tras el confinamiento y ha podido completar su primer entrenamiento grupal en Sar, desde el 29 de diciembre.

El grupo, que una vez iba superando los síntomas pudo ir ejercitándose en sus domicilios durante el confinamiento, ha regresado de forma escalonada a la actividad física y de forma individual.En el trabajo grupal, las caras nuevas eran las del base turco Kartal Ozmizrak, que trabajó sin aparentes problemas, al igual que Pepe Pozas, luego de la lesión de tobillo que sufriera antes del confinamiento, y el nuevo fichaje para el puesto de uno, Antonis Koniaris, que se espera sea presentado esta semana oficialmente como nuevo jugador obradoirista hasta final de campaña.

Algún jugador parece haber acusado en menor medida la pérdida de pontencia física por el paréntesis de entrenamientos. En un mate realizado sobre una de las canastas, Steven Enoch rompió el metacrilato del tablero. Risas y aplausos de los compañeros, en lo que se quedó en una anécdota sin mayores consecuencias.

Esta incorporación ha estado supervisada en todo momento por el preparador físico del plantel, Rubén Vieira, quien explica que “ha sido una vuelta muy progresiva. A medida que se iban recibiendo las altas médicas, se realizaban pruebas para conocer el estado de salud y comenzar con el trabajo individual, tanto de fuerza como técnico. Cada jugador está teniendo una incorporación distinta, ya que vienen de tener una sintomatología y estado de forma diferentes. Lo más importante en estos primeros días es individualizar todo el trabajo y ser muy progresivos con las cargas”.

En estas primeras sesiones de entrenamiento, Rubén comentó  que se “han controlado muchos parámetros muy importantes, como la saturación de oxígeno, el ritmo cardíaco, la cantidad de esfuerzos a baja y media intensidad, así como diferentes evaluaciones objetivas sobre el estado de forma del que partimos”.

Rubén reconoció que “al volver a entrenar todos juntos hemos tenido una sensación de sentirnos muy afortunados. Cuando falta lo más importante, la salud, le damos importancia a cada pequeño detalle. Poder entrenar todos juntos es un gran logro para nosotros. Debemos ver el vaso medio-lleno. Hemos tenido un problema de salud en la gran mayoría de la plantilla y ahora tenemos que pensar en mejorar cada día para llegar lo mejor posible a la competición. Ahora más que nunca tenemos que ir día a día, sumando cargas progresivamente para ver cómo lo asimila cada jugador. Estoy convencido de que llegaremos en el mejor estado posible a nuestro partido del sábado, el primero después de todo esto. Desde el primer momento en que volvimos a entrenar, todos nuestros esfuerzos van encaminados a la competición, que en unos días estará llamando a nuestra puerta. Y vamos a trabajar para estar preparados”.

El reto ahora, es llegar en el mejor estado físico a la cita del próximo sábado contra el Bilbao Basket, hundido en los últtimos puestos de la tabla y que viene de perder en esta jornada ante el Casademont Zaragoza por 73-96.