Clara Campoamor: pieza clave del sufragio universal en la Segunda República

Madrid

Clara Campoamor fue una mujer adelantada a su tiempo. A elle le debemos muchos de los logros que consiguió la mujer en la década de 1920 y 1930 como el sufragio femenino, aprobado en 1931 por el gobierno de la Segunda República y ejercido en las elecciones de 1933. Precisamente en esas elecciones de 1931 nuestra protagonista fue nombrada diputada por Madrid, toda una novedad en una época en la que la mujer podía demostrar más bien poco de sus valores y facetas como persona trabajadora.

Campoamor se licenció en derecho en 1924 y muy pronto comenzó a ejercer como tal, Fue la segunda mujer colegiada en el Colegio Oficial de Abogados de Madrid, detrás de Victoria Kent, una suerte de alter ego de Campoamor que luchaban por las mismas cosas desde puntos de vista a veces diametralmente opuestos.

Victoria Kent vs Clara Campoamor

Las dos fueron de la mano en casi todo menos, quizá, en lo más importante. Victoria Kent fue otra mujer republicana, abogada como Campoamor e incluso pionera antes que nuestra protagonista en su trabajo como abogada. Sin embargo, Victoria Kent, al contrario que Clara Campoamor, no defendía el sufragio femenino. Según ella, las mujeres de entonces estaban condicionadas por las ideas de la derecha y se pensaba que al votar lo harían siguiendo las premisas de curas y confesores con los que las mujeres tenían tanto apego en la época.

Esta circunstancia fue la que convirtió a Clara Campoamor en una mujer crítica con la política desarrollada por la Segunda República. Así lo expresó en un libro, La revolución española vista por una republicana, publicado poco después de su exilio en 1937.