Algo de luz al final del túnel

Asturias

Con la región adoptando medidas de urgencia ante el riesgo del colapso, tras aumentar los ingresos hospitalarios un 35% en la última semana y con más de cien pacientes en las UCI, comienza a suavizarse la curva de contagios y a bajar la tasa de positividad, lo que en las próximas semanas repercutirá en la situación de nuestros hospitales. Está demostrado: en cuanto aumentan las restricciones y las cifras de infectados nos atormentan la situación mejora. Es triste, pero los excesos se pagan, y muy caros, y no solo por quienes los cometen. Luego están por desgracia los imbéciles que organizan fiestas, quedadas y demás saraos, que juegan con nuestra salud, nuestra economía y nuestro futuro, pero supongo que esa es la parte del peaje de la raza humana en la que la estupidez y la sinrazón se imponen en muchos cerebros. Queda el consuelo de la rigurosidad de las leyes para que las fiestas salgan muy caras, aunque el valor de una sola vida no tiene precio. El caso es que, aunque levemente, las cifras parecen mejorar y eso es ver algo de luz al final del túnel. La otra cara de la pandemia es la economía. Hay un 16% más de parados que hace un año. 84.694 asturianos no tienen trabajo y ese es otro drama. Nuestras empresas sufren los embates de la pandemia y de la sinrazón del Gobierno al negarles el pan y la sal con el discriminatorio, injusto y abusivo estatuto eléctrico. Sin embargo, en los últimos días hay dos noticias que nos devuelven la esperanza: la decisión de Amazon de instalar una gran planta logística en Siero que creará 2.000 empleos y el proyecto de Enagás y Naturgy de crear el primer parque eólico marino de Asturias, que podría generar 1.500 puestos de trabajo. Dos magníficos anuncios, de dos sectores muy distintos, que pueden catapultar la economía regional. Hoy veo algo de luz al final del túnel y quiero quedarme con el refrán popular: 'Nunca llovió que no escampara'.