"No voy a dejar a mi mascota atrás"

Las Palmas de Gran Canaria

"Recurro a Facebook para explicar la situación en la que me encuentro actualmente por la falta de empatía y profesionalidad de la compañía aérea" Así comienza el relato publicado por Xiomara González, una grancanaria que lleva cuatro años estudiando en Dublín. La joven llevaba semanas planificando su viaje de vuelta a Canarias tras terminar sus estudios. Un regreso que realizaría con su mascota, un conejo mini lop, a la que le reservó un pasaje ya que Iberia permitía su embarque hasta hace unos días.

"En los años en los que residí en Irlanda, adopté a mi mascota. Durante estos meses, y previos a la compra y reserva de estos vuelos, me informé de los pasos a seguir para llevarme a Joy conmigo. La compañía tenía escrito en su página web que aceptaba conejos a bordo de su cabina y, aunque no tenía vuelos directos Dublín-Gran Canaria, podía viajar a la Península", explica Xiomara que asegura que llamó por teléfono para confirmar la información con la aerolínea.

"Se me informó de que debía llamar unos días antes de la salida de mi vuelo para hacer constancia de que viajaba con una mascota y así tener añadido el coste a la hora de pasar por el mostrador. Finalmente, y siguiendo dichas instrucciones he procedido a llamar a Iberia esta mañana, puesto que nos marchamos la semana que viene, y, para mi sorpresa, se me ha informado hoy de que los términos y condiciones de la empresa han cambiado y de que los conejos ya no son bienvenidos en su aerolínea", lamenta la joven.

Xiomara ahora no sabe qué hacer. "Debido a la pandemia de la COVID-19, el resto de aerolíneas que viajan desde Irlanda a España, y permiten conejos, no están operativas en la actualidad", cuenta la joven que explica que "mientras tanto, Joy y yo dejamos de tener una vivienda y residencia en Irlanda la semana que viene, ya que he cancelado todas mis cuentas y he acabado mi contrato de alquiler con antelación a mis vuelos puesto que nos mudamos a España. El estrés y dolor que siento ahora sin saber cómo llevarme a Joy no se puede describir."

Xiomara ha intentado ponerse en contacto con compañías de ferry y otras aerolíneas que "o bien no están operativas, o las que me han cogido el teléfono me han informado de que no aceptan conejos".