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Víctimas del franquismo

Represaliados del franquismo en las fosas comunes: "Mi muerte no es deshonra"

Comienzan la exhumación de las víctimas del franquismo enterradas en las fosas comunes del cementerio de Alicante

Más de ochenta años después del fusilamiento de sus abuelos, Fani De Haro y Fernando Martínez, miembros de la Asociación de Familiares de Represaliados por el Franquismo del Cementerio de Alicante, recuerdan uno de los episodios más sanguinarios de la historia reciente

Fernando Martínez, nieto de Agustín Ribera, y Fani De Haro, bisnieta de Teresa Girona y nieta de Soledad Amorós, represaliados del franquismo, en Hoy por Hoy Alicante

Fernando Martínez, nieto de Agustín Ribera, y Fani De Haro, bisnieta de Teresa Girona y nieta de Soledad Amorós, represaliados del franquismo, en Hoy por Hoy Alicante

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Teresa y Soledad

Alicante

Teresa Girona Mateo, vecina de Almoradí, murió el 24 de diciembre de 1941, a los 64 años de edad, mientras cumplía condena por “adhesión a la rebelión” en el Reformatorio de Adultos de Alicante. A Teresa no se la llevó por delante una “hemorragia aguda consecutiva a úlcera de estómago” -tal como reza el acta médica de su defunción-, se la llevó la brutalidad del franquismo, el régimen más sanguinario de la historia reciente de España.

Apenas un mes y medio después, el 3 de febrero de 1942, su hija, Soledad Amorós Girona, madre de una niña casi recién nacida, era fusilada a los 25 años de edad, según los informes de Falange, por «formar la milicia femenina, pronunciar mítines ante las masas y, en ellos, insultar y menospreciar con palabras soeces a sus “Gloriosos Generales, especialmente al Caudillo”», cuenta la historiadora Daniela Ferrández en su artículo Reflexiones en primera persona: para qué sirve la memoria.

«En el fondo, y pese a la épica del asunto, las evidencias revelan que las milicianas de mi pueblo [Almoradí] solo pudieron configurar un espacio propio adscrito a las Juventudes Socialistas Unificadas, la Unión de Muchachas, un local donde se formaban y hacían representaciones teatrales. Su guerra, por lo tanto, fue también la guerra de ser mujeres, ya que su papel se relegó a coser ropas para el frío frente de Teruel y preparar “conejo con tomate” para los milicianos», continúa la narración. Cuando sacaban a Soledad del viejo hospital de Almoradí reconvertido en cárcel, «muchas vecinas desafiaron el nuevo poder de los falangistas y levantaron el puño con ella, entonando el “adiós muchachos” de Carlos Gardel». Su cuerpo fue abandonado en la fosa número 24 (524/2009) del cementerio de Alicante. Su vieja fotografía con el uniforme de miliciana, escondida durante décadas en el interior de la figura de una virgen.

Agustín

Agustín Ribera Segura tenía 43 años cuando “unos señores vinieron a casa y se lo llevaron” a la prisión de Monóvar (Alicante). Esta es la última imagen que Remedios recuerda de su padre. Apenas tenía cuatro años y ni siquiera entendía por qué...

Agustín Ribera Segura / Cadena SER

El 21 de septiembre de 1939, aquel alpargatero de Pinoso y miembro del Frente Popular fue fusilado en Rabasa por el régimen franquista. Sus restos terminaron arrojados a la fosa número 3 (512/2009 ALIC) del cementerio de Alicante, una de las 21 fosas de la vergüenza de la ciudad.

La carta que Agustín escribió desde la cárcel a su esposa horas antes de ser asesinado y que su nieto Fernando leía entre lágrimas en Hoy por Hoy 81 años después es la carta que hubiera podido escribir cualquiera de las 408 víctimas de la represión franquista enterradas en alguna de las 21 fosas comunes del cementerio de Alicante.

Hombres y mujeres que este lunes vieron cómo, al fin, más de ocho décadas después, la tierra por fin se abría para devolverles sanada una dignidad que jamás perdieron. Un acto de justicia y reparación que solo sus descendientes han logrado arrebatar al olvido.

«Querida esposa:

Me acabo de enterar de la noticia de que va a cumplirse la sentencia de muerte. No lo siento por mí, por ti lo siento y por nuestros hijos. Espero que tus cuñados y demás familiares no os abandonaran. Tú y ellos sabéis que no he hecho mal a nadie y he procurado hacer todo el bien posible, pero hemos de resignarnos en lo que no podemos evitar. Al menos, mi muerte no es deshonra ni nuestros hijos habrán de avergonzarse de su padre. No te encargo que cuides de mis hijos porque yo sé que tú lo harás. Yo perdono a todos y lo mismo quiero que hagáis tú y nuestros hijos. Muchos besos y un fuerte abrazo para ti y nuestros hijos.

Se despide hasta la eternidad tu esposo que mucho te quiere».

La fosa X

GVA

Los trabajos en la Fosa X, que acaban de iniciarse tras obtener los permisos pertinentes, son los primeros que se acometen en el cementerio municipal de Alicante y se desarrollarán durante un plazo de tres meses. Está previsto recuperar los restos de 11 víctimas republicanas fusiladas en 1940, a instancia de la petición realizada por tres familias, que se encuentran enterradas en la fosa común.

Los fusilamientos, de acuerdo con los mapas de localización de fosas de la provincia de Alicante, se produjeron entre los días 16 de mayo, 21 de mayo, 25 de mayo, 29 de mayo y 3 de junio de 1940. Tras la caída de la República, se asesinó a unas 400 personas en Alicante, procedentes de diferentes localidades alicantinas (Alicante, Callosa de Segura, Alcoy, Elche, Novelda, Orihuela, Castalla, Asp o Elda), pero también de Madrid, Albacete, Murcia o Almería. A las víctimas se les realizó un juicio sumarísimo y fueron sentenciadas a muerte.

El objetivo es exhumar de forma científica los restos de las personas asesinadas en la dictadura franquista para, en una fase posterior, poder identificarlas y entregarlas a los familiares.

Los trabajos en el cementerio municipal de Alicante se suman a los que ya se han realizado en Monóvar, Orihuela, Benissa y Castelló. Asimismo, la Conselleria de Calidad Democrática ha llevado a cabo una prospección en el término de San Isidro para concretar los límites del campo de concentración documentado entre ese municipio y el de Albatera.

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En la parte superior de este artículo pueden escuchar de nuevo la conversación que Fernando Martínez, nieto de Agustín Ribera, y Fani De Haro, bisnieta de Teresa Girona y nieta de Soledad Amorós, y miembros de la Asociación de Familiares de Represaliados por el Franquismo del Cementerio de Alicante, han mantenido con Carlos Arcaya en Hoy por Hoy Alicante.

 
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