
No tienen vergüenza, ni la conocen
Hay que tener la cara como el cemento armado para perseguir a Ximo Puig durante más de un mes y, el día del encuentro, presentarse -en todos los sentidos- con las manos vacías. Ni carpeta, ni propuesta, ni una miserable idea. Hay que ser muy desahogado para, en un marco de pandemia, tener en un sillón al primero de los valencianos durante media hora y pedirle todo a cambio de nada.
Puig estuvo impecable ayer, poniendo voz a lo que todos sentimos y algunos venimos denunciando desde hace muchos años. Estos señores no tienen ninguna credibilidad.
Una de las muchas conclusiones que pueden sacarse de la reunión de ayer es que la ATE está muerta. Y ni uno solo de los seguidores del Valencia podrá culpar a la clase política. Bastante paciencia han tenido. Más de la que se merecen Lim, Murthy y todo el séquito que les rodea.
