A quien se le acabe la paciencia, una tila

Alicante

¿Tendríamos más vacunas en España si nos hubiéramos salido de la estrategia europea? Lo dudo, lo cual no quiere decir que la gestión que ha hecho Bruselas no haya tenido sus fallos. Evidentes. Somos como un gran trasatlántico al que le cuesta arrancar.

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Que en la Comunitat Valenciana se habrían podido haber puesto más vacunas también es cierto. Pero, también lo es que cuando se va a hacer un ensayo de la vacunación masiva con los docentes, nuestro país, como el resto de las naciones europeas, ha tenido que paralizar durante 15 días la de AstraZeneca.

La consecuencia está clara. Nuevos retrasos en ese calendario -real o irreal, no sabemos- en el que se preveía que el 70 % de la población estuviera vacunada en verano. Aumenta la frustración. También la de un sector turístico con el agua al cuello y que presiona para intentar que en verano se puedan abrir los hoteles.

La solución es la vacuna, sin duda. La agilidad está condicionada, también.

Los budistas afirman que la gente piensa que la paciencia es la capacidad de esperar, pero no es así. La paciencia es cómo nos comportamos mientras esperamos. Por eso, a quien se le acabe la paciencia, una tila.