Abusos a menores, una realidad invisible

Santiago de Compostela

En Galicia hay, al menos, 68.000 menores que sufren abusos sexuales. Podrían ser más, porque este es solo un dato estadístico. El Consejo de Europa estima que uno de cada cinco menores son víctimas de este tipo de violencia, pero según un estudio de la Fundación ANAR de ayuda a los niños y adolescentes en riesgo, la problemática se ha multiplicado por cuatro en una década. Es, según la directora de la Fundación Meniños, Mónica Permuy, "una pandemia", pero invisible.

 El abuso en el seno de la familia estrecha es el más habitual, representa el 58% de los casos, seguido de un 21 % de casos en los que el abusador está en el entorno cercano. La mayoría de las víctimas que atiende o ha atendido Meniños, más de 8 de cada 10, son niñas con una edad media de 13 años.

Miedo, baja autoestima o rendimiento escolar, conductas de riesgo o hipersexualizadas y dificultades para dormir son algunos de los síntomas a los que se enfrentan los terapeutas. El porcentaje de recuperación es alto y el primer paso es contarlo. Ahí está el problema. Se estima que uno de cada tres menores abusados nunca lo contará, ni siquiera en la edad adulta. Por eso es tan importante detectarlos desde fuera. Amino lleva años formando a los docentes en esta materia que no aparece en sus planes de estudio.

Una odisea judicial

Galicia no está preparada para aplicar la ley de protección a la infancia. Faltan medios, infraestructura judicial y formación de los profesionales. Los menores que han sufrido abusos acaban revictimizados o silenciados. La Comunidad Autónoma se enfrenta a todo un proceso de preparación para poder cumplir con la conocida como ley Rhodes -el pianista británico abusado de niño ha peleado desde Madrid por ella-; hay que adaptar salas judiciales, crear juzgados, turnos de oficio específicos y formar a todo el personal implicado.

Los expertos denuncian el incumplimiento actual de las directivas europeas que ya fijaban los pasos a seguir para evitar la revictimización de los menores, porque en esto, la ley no es novedosa. La abogada especializada Aida Blanco, presidenta de Amino Galicia, reclama más medios para evitar que el proceso judicial sea una odisea. La preparación de jueces, fiscales, abogados es fundamental, especialmente en el caso de los profesionales encargados de hacer la evaluación psicosocial, ya que de ello depende el peso de la declaración del menor.