720 euros de multa para cinco jiennenses detenidos en 2017 por el expolio de 748 piezas arqueológicas

Jaén

720 euros de multa tendrá que pagar cada uno de los cinco jiennenses detenidos en 2017 por el expolio de 748 piezas arqueológicas en una operación que la Guardia Civil bautizó como 'Alfaíbero', en la que además hubo otro sexto arrestado que queda absuelto por no quedar acreditada su participación, según la sentencia del Juzgado de lo Penal número 3 que se acaba de hacer pública y que añade Europa Press ya es firme, por lo que cierra el caso más de tres años después.

A los cinco, de tres localidades diferentes de la provincia, se les acusa como autores de un delito contra el Patrimonio Histórico ya que tal y como señala la magistrada, "venían dedicándose al menos desde el año 2016 a la búsqueda y expolio de yacimientos arqueológicos mediante el uso de detectores de metales". Incluso ellos mismos lo reconocieron el día del juicio como paso previo a conformarse con las penas de multas solicitadas por el Ministerio Fiscal y que finalmente se le han impuesto.

Según recuerda Europa Press, la Guardia Civil inició la operacón cuando tuvo conocimiento que una persona tenía en su poder tres láminas de plomo con inscripciones íberas, una pulsera o herraje romano y una lámina de plomo con inscripciones romanas que había obtenido como consecuencia del expolio que practicaba con otras personas. Esto hizo a los agentes pedir un informe a Cultura que catalogó los objetos de gran importancia aunque se determinó que las tablillas, que en primer término parecían "únicas en el mundo y del siglo III-I antes de Cristo con la escritura originaria autóctona más antigua de la Península", eran una falsificación.

Con esta información la Guardia Civil inició el operativo y efectuó controles de la actividad de la persona que poseía las piezas comprobando sus reiteradas salidas con los detectores de metales, observando también su relación con el resto de implicados. Por ello fueron detenidos y se comprobó que la mayoría de las piezas procedían de yacimientos del entorno de La Guardia, Mancha Real y Pegalajar. Las piezas, según los agentes, se comercializaban después en páginas de internet, en la venta a coleccionistas y entre personas que se dedicaban a esta actividad.