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Ganas de Feria

"El que mandaba en la feria era el señorito; la autoridad sólo avisaba"

Pepe Cirera rememora las anécdotas de más de treinta años como agente de la Policía Local en la Feria de Jerez

Pepe Cirera / Radio Jerez Cadena SER

Jerez de la Frontera

De los treinta y seis años que estuvo como guardia urbano le tocó trabajar en treinta ferias. Cuando en el parque había sólo un grifo para todos los feriantes y un solo baño público para compartir. Tuvo que intervenir en peleas y decomisó tabaco, globos y hasta paquetes de gusanito. Pero no todo fueron penas.

- ¿Cómo vivías esas ferias con el uniforme de la policía local?

- Pues mira, con el uniforme azul y el arenal que había en el parque parecíamos boquerones enharinados, porque hay que ver cómo se pegaba el polvo antes de que echaran el albero.

- Y encima podían entrar hasta los vehículos, ¿no?

- La circulación dentro del parque era un caos, porque se podía circular, aparcar y era un disloque. Lo mismo veías un coche de caballos y un automóvil detrás.

- ¿Pusiste muchas multas?

- Hombre, no. Al menos que dejaran un choche que dificultara la circulación. Eso se empezó a solucionar cuando remodelaron el parque y tiraron algunas casetas. Entraron otras normas hasta que se prohibió la circulación y sólo se permitía la carga y descarga, y a ciertas horas. Los coches de caballos también tenía sus horarios. Aunque había ciertos jerezanos que hacían caso omiso a esa advertencia y eran las siete de la tarde y seguía el mayoral dando vueltas con los señoritos por la Feria. Eran los que mandaban y a pesar de que la autoridad avisaba, entonces ellos eran un poder. También podía pasar que el compañero municipal llevara encima dos loritos y lo viera todo bien.

- Con tanto trabajo no tendrías tiempo de disfrutarla.

- Me pertenecían dos días libres. El resto nada, porque cuando terminábamos a las once de la noche teníamos que estar otra vez a las siete de la mañana del día siguiente.

- ¿Había tantos problemas de peleas antes como ahora?

- Peleas todas las que quisieras. Había una caseta que era la de la juventud, donde siempre había trifulcas grandes. No digo que los jóvenes tuvieran la culpa, pero sí que en la Feria hay personas que no beben durante el año y parece que están esperando que venga la Feria para hacerlo. Y de comas etílicos de menores ni te digo. Teníamos una caseta sólo para esta incidencia y para niños perdidos.

- Seguro que guardas muchas anécdotas.

- Claro. Venían mucha gente importante. Un año estuvo por aquí Steve Reeves, que era el actor que protagonizó la película Hércules. Y muchos cantaores: Fosforito, El Diamante Negro. Yo aprovechaba los minutos del bocadillo para ver alguna actuación.

Y menos mal que pusieron los baños dentro de las casetas, porque en todo el parque había nada más un servicio para toda el mundo y otro en La Rosaleda. Pero eso no es nada, porque yo conocí un solo grifo en todo el parque para todos los feriantes. Lo cogían el primer día y el último eso parecía manteca colorá. Y a los asadores de pollo los pusieron de camino a la calle del Infierno, y no te veas cómo estaban los pollos de arena.

Entonces también se decomisaba la mercancía a los que vendían tabaco y globos. Y hasta comida en mal estado. Una vez inacautamos un paquete de gusanitos de los de los niños, pero con gusanos de verdad.

- Y para los toros, ¿te tocaba de servicio?

- Digo, y cuando toreaba el Paula era un día de fiesta, El Paula ha dado muy buenas tardes y otras de penita. Pero Rafael es torero hasta vistiendo de paisano.

Entrevista con Pepe Cirera

12:43

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