Vamos Xerez

Jerez de la Frontera

Si algo quedó claro hace cuatro años en las anteriores elecciones a la presidencia del Xerez Deportivo es que esta vez había que evitar como fuera el desgaste que conlleva un proceso electoral por el malestar que se genera en la masa social. Apelar a la generosidad de los unos y a la responsabilidad de los otros era un deber y todos han sabido estar a la altura de las circunstancias.

Al presidente y a la junta directiva saliente hay que reconocerles fundamentalmente su xerecismo. En primer lugar, por dar en su día el paso de liderar el proyecto. En estos casos suelen ser muchos más los disgustos que las satisfacciones, mucho el tiempo que se le roba a la familia y al trabajo de manera desinteresada, pero la vocación de servicio al club y a sus socios es la mejor muestra de compromiso con unos colores y un sentimiento.

En segundo lugar, por lidiar de la mejor manera que han podido y sabido con una situación económica muy difícil que ha dejado tocado a todo el mundo del fútbol, sin distinciones, y a toda la sociedad en general.

Y por último, por haber sido razonables, generosos y responsables a la hora de dar un paso al lado. Porque después de conseguir dos ascensos en cuatro años, el último hace justo un mes, era fácil perder la perspectiva y no tener en cuenta las consecuencias del desgaste sufrido en los últimos tiempos. Con buen criterio, entendieron que era necesario el relevo, dar entrada a gente nueva con otras ideas y facilitarle el camino a una alternativa que pueda hacer seguir creciendo al club.

Todo este derroche de generosidad y responsabilidad ha permitido dejar claro que el Xerez Deportivo, ahora más que nunca, está por encima de las personas y mucho más de los egos y de los personalismos que tanto nos dañaron en el pasado. Aquí todo el mundo es importante, pero nadie imprescindible.

Esta sensación de unidad y esta transición amable que tanto se echó en falta hace cuatro años es el mejor punto de partida para una nueva etapa que debe llevar al Xerez Deportivo a seguir creciento como club. Y eso no necesariamente debe significar dedicar el 100% de los recursos y de los esfuezos al primer equipo. Sin perder de vista que debe seguir siendo la locomotora que tire del resto de vagones y que no debemos renunciar a nada en el futuro, la experiencia en estos ocho años de vida nos demuestra que más vale crecer lento, seguro y bien que hacerlo rápido y mal y que se disfruta más del camino que de la propia meta.

Para ello, se hace necesario reconstruir los puentes con los clubes de la ciudad y del entorno. Se antoja fundamental tomarnos la cantera en serio como el valor seguro que debe ser para nuestros objetivos deportivos y sociales. Para ello es urgente retomar el proyecto de una Ciudad Deportiva acorde al primer club de la quinta ciudad de Andalucía.

No menos importante es recuperar la capacidad de autocrítica y cuidar las formas, ser transparentes, ejemplares y conscientes de la responsabilidad que asumimos dentro de este proyecto que, más que futbolístico, es en sí mismo un proyecto de ciudad y de provincia.

Suerte a la nueva junta directiva. Vamos Xerez.