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La semana

A los policías frustrados

Elena López en el estudio improvisado en su salón / Radio Coruña Cadena SER

A Coruña

Y así, sin casi darnos cuenta, han pasado 40 semanas desde que iniciamos el curso más difícil para una sociedad acostumbrada a las libertades y a los derechos, con excepciones, con dramas, los de fuera y los de dentro de casa, pero una sociedad libre. Por suerte, nadie de los que estamos vivos recuerda en su propia piel la llamada gripe española, una pandemia que afectó a un tercio de la población mundial precisamente hace 100 años y que pudo ser la primera gran pandemia global. 100 años después podemos decir que la expansión del coronavirus no tuvo precedente y 40 semanas después de la vuelta al intento de normalidad, más de un año después del encierro.. aquí estamos, pensando en salir por la noche y en ese horizonte que ya marcó la Xunta para que nos podamos volver a ver las caras por la calle y a respirar libremente el aire puro... sin que nadie te mire como si tuvieras la peste... la gripe española... o el coronavirus.

Precisamente hoy quiero hacer un homenaje a esas personas. A esos ciudadanos que han visto en la pandemia una oportunidad que creían perdida, han visto en esta situación una forma "aceptada socialmente" para reprender, para corregir al prójimo, para ordenar, para sentirse importantes, para ejercer la autoridad que nunca tuvieron y pensaron no tendrían. Esos policías de balcón ya a pie de calle, de paisano o trabajando, esos que guardan dentro una rabia contenida que no tenía esta salida facil, esos que no tienen quién les escuche y que ahora pudieron abrir su pecho en aras de una autoridad adquirida para sacar esa ira reprimida durante años y que ya está podrida. Esos que enarbolaron esa supuesta bandera de la conciencia ciudadana, de la falsa urbanidad, para escupir con palabras lo que no pueden hacer con su fluido bucal, que es lo que le gustaría realmente. Falsa urbanidad para así poder ordenar y reprender al prójimo sin que éste pueda moverse o defenderse porque claro sus palabras están avaladas por la Consellería de Sanidade y por el temor ciudadano al contagio. Lo siento, de verdad que lo siento, por esos policías frustrados que ya no podrán sacar la placa que siempre quisieron tener e ir echando broncas fáciles al que se baja la mascarilla al aire libre para respirar, guardando distancias. A esos policías frustrados, mis condolencias, a todos aquellos a los que se les va a acabar ser los chivatos del cole, mi más sentido pésame.

Y así, sin casi darnos cuenta, han pasado 40 semanas desde que iniciamos el curso más difícil para una sociedad acostumbrada... a las libertades y a los derechos, con excepciones.

Semana 40 de esta atípica vuelta. En busca de la normalidad, si es que aún existe. Que la radio no pare.

 
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