Luz Luna: "Un niño con alta capacidad es como un niño rubio, nace así"

Asturias

"'Reflexiones de una niña que no quería convertirse en hámster' es un libro para niños que los adultos deberían leer", incluye su portada. Su promoción se afana en explicar lo que no es en ningún caso: no es un manual de la alta capacidad, no es un libro escrito por expertos, no es un libro solo para niños, no es un libro solo para adultos, no es un libro que quiera ser encasillado.

"Lo que sí es", es lo que trata de explicarnos su coautora, Luz Luna en A vivir que son dos días Asturias. El libro ha sido escrito a dos manos y dos cabezas, la suya y la de su hija Patricia Espinedo, a las que se sumaron las de su otro hijo Nel, encargado de la portada.

La niña contaba por entonces con 11 años. Poco a poco fueron desarrollándolo en conversaciones en familia, sin ninguna pretensión de llegar a publicarse. "Fueron los amigos y nuestro entorno quien nos animó a publicarlo" y así compartir con todos los lectores la visión de una niña del mundo que la rodea a diario. "El libro es superfácil de leer, se lee casi de un tirón. Además tiene un humor muy especial, el de la protagonista, que es el que tenemos en casa", pero ha remarcado Luna que para nada es autobiográfico y eso que su hija cuenta con el informe que la identifica como niña con altas capacidades.

El propósito de la publicación es divertir y hacer sentir mejor a todos aquellos que lo lean "para cualquier niño que no encaje" ha apuntado. Luz Luna forma parte de la Asociación de Progenitores de Alumnos de Asturias de Altas Capacidades- APADAC- es una entidad sin ánimo de lucro que nace en el año 1994 con el objetivo de dar visibilidad al alumnado de alta capacidad en Asturias y ayudar a las familias durante todo el camino: identificación, atención y seguimiento.

Constituida principalmente, pero no de forma exclusiva por madres y padres de alumnos de altas capacidades, la Asociación cuenta con más de 1.200 alumnos asociados. No obstante, también está abierta a adultos con estas características, o profesionales interesados en la alta capacidad.

En ningún momento de la conversación se nombra el calificativo de superdotado, pero así es como se conocía antes a estas personas que se identifican desde muy niños porque, entre otras cosas, desarrollan el lenguaje entre los 12 y 18 meses, son muy observadores y curiosos, prematuramente empiezan a preocuparse por temas abstractos y trascendente, sus creaciones artísticas y construcciones pueden ser muy ricas y creativas pero que también pueden ser hipersensibles y emocionalmente muy intensos. Sus reacciones emocionales son desmesuradas con relación a las situaciones vividas, por lo que presentan asincronía entre lo mental y lo emocional. Suelen ser enérgicos y activos. Pueden ser niños muy ágiles y trepadores y tienden a cuestionar cualquier autoridad.

Todas estas características que se enumeran son las que detallan los expertos y pueden ayudar a identificar a estas personas que en muchos casos sufren al sentirse diferentes. Por eso es importante que se detecte ya que así será más sencillo poder ayudarles. "A ti te corre la cabeza" le decía Luna a su hija comparando su forma de ser con la de una amiga a la que, de forma natural, se le daba muy bien correr, "luego hay que entrenarlo porque naces con ello, como un niño rubio, naces así. Habría que cultivar esa capacidad, término que hace gracia en la familia".

A veces estos niños muestran una aparente desgana escolar, que les lleva en muchos casos a ser diagnosticados erróneamente con un trastorno de déficit de atención (TDA). Pro ello, Luna ha apuntado a la identificación como una herramienta para ayudarles. "Cómo tratan a los alumnos con alta capacidad depende del profesor o o tutores, no tanto del centro", ha reflexionado la autora de este libro, "depende de la empatía de sus educadores aunque el sistema educativo tan repetitivo en nada ayuda ni a los alumnos ni a los profesores. Cuanto más ágil es tu cabeza, más te aburres", ha concluido.