La quinta ola dispara también el trabajo de los rastreadores

Toledo

La quinta ola de la pandemia no solo ha incrementado el número de consultas en Atención Primaria, también ha disparado el trabajo de los rastreadores. El Servicio de Vigilancia Epidemiológica cuenta actualmente con 785 personas, en su mayoría personal de Enfermería y de Trabajo Social. Están divididos por Áreas Sanitarias y salvo en Toledo, la labor está centralizada en cada una de ellas. En Toledo, que cuenta con una Gerencia del Hospital y otra de Atención Primaria, la gestión de los rastreadores se concentra en los Centros de Salud.

Este número de rastreadores no siempre es el mismo y va oscilando en función de la incidencia del COVID en ese momento. Mientras tanto, los rastreadores colaboran con el SESCAM en otras funciones cuando la incidencia es menor. A ellos se suman también el personal de enfermería que atiende a menos de mil tarjetas sanitarias.

La directora de Cuidados y Calidad del SESCAM, Begoña Fernández, ha explicado a la SER que actualmente el trabajo de los rastreadores se ha incrementado y por varios motivos. Ya no solo el hecho de que al no haber tantas restricciones como por ejemplo durante la tercera se incrementen los contactos sociales. También porque estos contactos sociales, mayoritariamente jóvenes y población no vacunada, está de vacaciones, trabajando o son difíciles de localizar. De hecho, la media de contactos está siendo de unos 2 o 3 y hay casos donde se han llegado a localizar 10 o 12 contactos.

La labor de los rastreadores comienza con un positivo. Este comunica las personas que han tenido contacto con él y los rastreadores determinan si ha sido contacto estrecho y tiene que guardar aislamiento. Si se dicta que tiene que guardarse aislamiento, se llama al día 5 y al día 8 para confirmar que la cuarentena sigue guardándose. Durante el Estado de Alarma, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado tenían acceso a los listados de personas que debían guardar cuarentena por si llegado el momento tenía que intervenir. Ahora esto ya no es posible.

A la labor de los rastreadores civiles se suma también el personal militar, que sigue colaborando todas las provincias. Ahora mismo, la de Toledo es la que concentra un mayor número de casos y es por ello por lo que unos 50 militares acompañan a los integrantes del Servicio de Vigilancia Epidemiológica para rastrear el mayor número de casos posible.