Ocio y cultura

En un lugar de la provincia de Albacete: Capítulo IV - Monte Ibérico - Corredor de Almansa

Nuestro siguiente destino nos espera al sudeste de la provincia de Albacete

'Albacete,¡este verano me quedo contigo!

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Albacete

La comarca Monte Ibérico - Corredor de Almansa es nuestra cuarta parada en el viaje que iniciamos en la Sierra del Segura y que, tras pasar por La Manchuela y la Sierra de Alcaraz y Campo de Montiel, nos trae al sudeste de la provincia.

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Está compuesto por 17 municipios: Chinchilla de Monte-Aragón, Alpera, Caudete, Hoya-Gonzalo, Higueruela, Almansa, Corral-Rubio, La Felipa, Pétrola, Bonete, Casas de Don Pedro, Casillas de Marín de Abajo, Las Anorias, Montealegre del Castillo, Pinilla, Pozo Cañada y Villar de Chinchilla.

Llanuras con sierras, cerros y lagunas forman parte de la sintaxis geográfica de esta Mancomunidad. Uno de los picos que coronan la provincia, el conocido como Molatón, tiene 1265 metros de altitud y está localizado en el pueblo de Higueruela. No es el único emplazamiento que cuenta con un destacado en su paisaje, ya que entre Pozo Cañada, Pétrola y Corral Rubio existen unas lagunas saladas de origen endorreico, es decir, sus aguas no tienen salida fluvial hacia el océano. Estas, declaradas espacio protegido en el Plan de Conservación del Medio Natural de Castilla La Mancha, son el hogar de numerosas aves acuáticas de carácter migratorio como el flamenco, el pato colorado o el aguilucho lagunero.

Otro aspecto que llama la atención de esta zona es su arquitectura, cuya herencia monumental procede del medievo, pudiendo de nuevo retroceder en el tiempo al igual que hicimos con el resto de destinos.

Chinchilla de Montearagón

Es un claro ejemplo del legado medieval que caracteriza a los municipios de la comarca. Fue declarada Conjunto Histórico Artístico y uno de los principales elementos llamativos que encontramos al recorrer sus calles son los blasones de piedra que recuerdan a los antiguos hidalgos de tiempo atrás. Entre los lugares de visita obligada están el castillo del siglo XV y la muralla que rodea al pueblo, coronando la roca. El atractivo arquitectónico va más allá y Chinchilla de Montearagón ofrece edificios como el convento de Santo Domingo, la Ermita de San Antón, los antiguos baños árabes o el propio ayuntamiento con una fachada dieciochesca. Su Semana Santa tiene se remonta a 1586 y fue declarada de Interés Turístico Regional.

Almansa

Otro municipio que no podemos dejar de visitar en nuestro viaje por la comarca es Almansa. Destaca, al igual que Chinchilla, por su castillo, recientemente musealizado. Almansa fue el lugar en el que se desarrolló una de las grandes batallas de la Guerra de Sucesión (1701-1715) y todos los años tiene lugar una representación que recuerda los acontecimientos que se sucedieron. También se puede visitar el campo de batalla y el museo de la batalla durante todo el año. Pero Almansa no llama la atención solo por su pasado, sino también por su naturaleza. El pantano de Almansa ofrece un entorno lleno de flora y fauna, así como numerosas actividades entre las que destacan paddle surf, kayaks, rutas de senderismo o tiro con arco.

Caudete

También destaca por su zona estratégica Caudete, situado en el paso natural de Levante a Castilla llamado Vía Heráclea. Dicho pueblo quedó aislado entre las tierras castellanas cuando formaba parte del reino de Valencia. Esto ha marcado sus costumbres y su arte. El Barrio de San Francisco brilla por la Plaza de Toros y la Iglesia de San Francisco, cuyos detalles a modo de mosaicos, relieves y retablos son sin duda un indispensable que hay que observar con calma.

No te puedes marchar de la comarca sin probar su gastronomía, con una diversidad de productos propios de la tierra castellanomanchega donde predominan los platos calientes de cuchara así como los lomos y embutidos elaborados de forma tradicional. Gazpachos manchegos con caracoles, carne de caza y conejo, arroz caldoso con verduras, ajo de mataero, migas ruleras o la gachamiga elaborada a base de ajos, aceite, harina, tomate y agua son tan solo algunos de las degustaciones que acompañan al vino. La recientemente creada Ruta del Vino de Almansa te invita a conocer su cultura y visitar las mejores bodegas de la región , cuyo culmen está en saborear un maridaje en los mejores restaurantes.

Finalmente, abandonamos el Monte Ibérico- Corredor de Almansa con la sensación de haber podido visualizar cómo era la vida cuando las calles de piedra todavía estaban supeditadas a un castillo que desde su cima vigilaba toda la comarca.

 
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