Las diócesis vascas recaban testamentos vitales contra la eutanasia para el historial clínico de los pacientes

El pasado mes de junio, las tres diócesis vascas mantuvieron un encuentro con la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, en el que el Departamento del Gobierno vasco explicó los detalles de la ley de eutanasia a los máximos representantes de la iglesia católica en Euskadi. Tras esa reunión, los obispados vascos han iniciado una campaña para recoger testamentos vitales entre los fieles de la que ya informaron a la consejera vasca de Salud. Para ello, la Conferencia Episcopal Española ha diseñado un formula modelo que lleva por título "Declaración de instrucciones previas y voluntades anticipadas". Un documento que servirá a los feligreses vascos para dejar patente su oposición a la eutanasia y que, como todo testamento vital, será incluido en el historial clínico de los pacientes tanto en Osakidetza como en toda la red de salud de España. En ese formulario, que va dirigido a familias, personal sanitario y al párroco o sacerdote católico que corresponda, los pacientes explicitan su deseo de que no se les aplique "la prestación de ayuda a morir en ninguna de sus formas, sea la eutanasia o el suicidio médicamente asistido". El documento también solicita los cuidados paliativos necesarios para evitar el dolor y el sufrimiento al tiempo que se indica la voluntad de no prolongar "abusiva e irracionalmente" el proceso de muerte. Los textos de este tipo serán recogidos por las diócesis vascas. En Bizkaia y Araba los epicospados han decidido esperar hasta después de verano para empezar a recoger estos documentos, pero el obispado de San Sebastián ya está recabando estos documentos entre los fieles gipuzkoanos. Por el momento se han recogido un total de 450 testamentos vitales en el territorio, según ha explicado el obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, en declaraciones a la Cadena SER. En el caso de San Sebastián, la recogida de estos testamentos vitales se están llevando a cabo mediante un grupo de voluntarios que están ayudando a los fieles a rellenar esos formularios en las distintas parroquias de Gipuzkoa. Los testamentos vitales —ya sean de este formulario habilitado por las diócesis católicas o ante notario con otras voluntades — requieren de la presencia de tres testigos que den fe de que esa declaración de intenciones se ha emitido de forma libre y voluntaria. "Se pide que esos testigos no sean familiares. Nosotros, para facilitar las cosas —aclara Munilla—, dentro de nuestro voluntariado, algunos voluntarios se están ofreciendo para ser testigos de la petición libre formulada por una persona". Una vez recogidos esos testamentos vitales, fuentes de la Diócesis de San Sebastián explican que será el propio obispado donostiarra el que le hará llegar al Departamento de Salud esas solicitudes de los feligreses. En el caso de San Sebastián se ha decidido adelantar parcialmente las recogidas de esas declaraciones de voluntades precisamente por la entrada en vigor de la ley de eutanasia en España. "Tomar iniciativas en época estival a veces no es muy práctico, pero también nos parecía que convenía comenzar este signo de la mano de la entrada en vigor de esta ley de eutanasia", explica el obispo Munilla. Ese comienzo a finales de junio ha conseguido recabar 450 testamentos vitales opuestos a la posibilidad de acceder a la eutanasia recientemente habilitada por el Gobierno central, aunque desde el obispado se espera recabar más solicitudes. "Nosotros vamos a intentar que todas las cosas lleguen correctamente y estoy seguro de que seguiremos adelante con esta iniciativa". Una propuesta que, según el obispo donostiarra, busca crear "cultura de la vida". En Euskadi se estima que se soliciten cada año en torno a 200-400 solicitudes para acceder a la eutanasia. El primer caso documentado de eutanasia en España lo contó El País y fue el de Eskarne, una anciana de 86 años de edad que falleció el pasado 23 de julio.