Un 82% de la población arandina se define como católica, pero sólo la tercera parte como practicante habitual

Aranda de Duero

Un 82% de la población arandina se define como católica, aunque sólo una de cada tres personas que vive en la capital ribereña se considera practicante habitual de esta religión. Es lo que se desprende de la encuesta sobre la percepción de la Iglesia que ha encargado la diócesis de Burgos, y cuyos resultados indican que Aranda es el lugar de la provincia donde hay más personas que se autodenominan católicas y también donde más procentaje de practicantes se declaran. En Hoy por Hoy Aranda hemos analizado los resultado y datos de la encuesta con el Vicario de Pastoral de la Diócesis de Burgos, José Luis Lastra en la siguiente etrevista

Según los resultados de la consulta en Aranda un 31% de quienes participaron se consideran católicos prácticantes habituales (frente al 24% de media en la provincia), un 26% practicantes ocasionales (22% en el total de Burgos) y un 25% católicos no practicantes (21% de media en el territorio burgalés). Muy por debajo se encuentra un 6% de la población arandina que ante la religión se define como indiferente, un 4% ateo, el mismo porcentaje agnóstico y un 3% creyente en otras religiones.

Más de la mitad de quienes se definen como católicos no practicantes en Aranda dicen que es por aburrimiento, un 47% porque no necesitan la Iglesia para rezar, y un 29% por discrepancias y falta de identificación con algunos de los mensajes de la Iglesia. Sólo un 17% indican que es por malas experiencias pasadas y menos aún, un 12%, por haber perdido la fe.

En cuanto a la valoración que la sociedad arandina hace de la Iglesia casi la mitad de los encuestados indicaron como lo más positivo su labor social, un 42% los valores y enseñanzas que transmite y un 24% las creencias religiosas que transmite.

Entrando en el detalle de aspectos instituciones y labores de la Iglesia, las personas consultadas en Aranda dan la nota más alta a los misioneros y misioneras, cuya labor puntúan con un 8,2. Le siguen como factores más valorados Cáritas y el Papa Francisco que recibien un 7,6; puntúan con un 7,4 la celebración del VIII Centenario de la Catedral, con un 7 a los catequistas y profesores de religión y un 6,8 reciben tanto la labor que se realiza con mayores y personas enfermas como la vida de las parroquias. Los colegios católicos reciben un 6,7, un 6,4 los religiosos y religiosas de vida activa o contemplativa y un 6,3 los sacerdotes. Todas las instituciones y labores de la Iglesia reciben un aprobado en esta encuesta, aunque los que tienen una menor valoración son la atención que dedica la Iglesia a los niños y adolescentes y la atención al mundo rural, puntuadas ambas con un 5,8. Resulta significativo que la población ribereña puntúa con notas más altas a todas las instituciones y labores de la Iglesia que el resto de la provincia de Burgos, con la excepción del apartado dedicado a la atención a la infancia y juventud, con la que es más crítica que el resto de la diócesis.

En cuanto a la implicación de los católicos practicantes en la vida y las instituciones de la Iglesia, Aranda es el territorio de todo Burgos donde mayor vinculación existe con las cofradías, a las que dicen pertenecer o participar en ellas de forma frecuente u esporádica un 36% de la población, frente al 25% de media en la provincia. También es el territorio donde los católicos más van a misa: un 8% de quienes se declaran practicantes van a misa diariamente, mientras que un 47% acude cada domingo.

Por lo que se refiere a los aspectos que mayores mejoras necesitaría la Iglesia las personas consultadas en Aranda destacan, fundamentalmente, un mayor acercamiento a la sociedad y la necesidad de una actualización o evolución (alrededor de un 20% de los encuestados apuntan cada una de las dos respuestas).

La encuesta pregunta también por otras cuestiones que ponen en relación la imagen de la Iglesia con la de otras instituciones de la sociedad. Para las personas consultadas en Aranda la Iglesia es, de doce posibles, la sexta institución que más influye en la mejora de la sociedad (recibe una valoración de 3,6 sobre 5). Por encima y por este orden están la familia (4,3), los centros públicos de enseñanza (3,9), los amigos (3,7), las ONGs (3,7) y los colegios religiosos (3,6). Muy cerca de esta valoración se encuentra la labor de las instituciones culturales (3,5). Y ya por detrás, aprobando por los pelos, los sindicatos (2,8), los medios de comunicación (2,7) y la administración pública (2,6), y suspenden los líderes de opinión o influencers (2,4) y puntúan en último lugar a los partidos políticos (2,3).

Por lo que se refiere a quienes han sido los que más han contribuido en la superación de la pandemia, entre las que se proponían la opción más votada ha sido la de las ONGs (52%), seguida de la Junta y las empresas, que han sido señaladas ambas por un 43% de las personas encuestadas, mientras que un 37% señalan al Gobierno de España. Por cierto que quienes contesta a esta encuesta reconocen que la pandemia ha modificado sus hábitos religiosos, especialmente en cuanto a la asistencia presencial a la misa, aunque también afirman que en este tiempo la fe ha salido fortalecida: la práctica totalidad de los católicos practicantes aseguran que en pandemia han mantenido o incluso intensificado sus hábitos relacionados con la fe.

Por lo que se refiere a otros resultados globales de la encuesta en toda la diócesis, las respuestas indican que la ciudadanía considera la Iglesia Católica en Burgos una institución accesible, comprometida y solidaria y cercana a las personas, que sin embargo debe mejorar en transparencia, modernidad y en predicar con el ejemplo. También a nivel global quienes han elaborado la consulta destacan que entre quienes se declaran católicos practicantes hay un mayor porcentaje de mujeres, personas de mayor edad y de clases sociales bajas o medias-bajas, y con un perfil ideológico inclinado hacia la derecha.

Según estas mismas conclusiones no ha resultado fácil determinar que factores deberían modificarse o potenciarse para aumentar el compromiso de las personas con la Iglesia, aunque los principales “aceleradores” podrían ser incentivar a ayuda a los demás y a un mayor número de colectivos, además de mejorar la trasparencia.