Higuera: "El sector porcino es motor de la economía rural, seguro y compatible con la vitivinicultura"

Aranda de Duero

Si hace unos días les contábamos la preocupación de una parte de las bodegas de la Ribera del Duero por la implantación de dos proyectos de macro granjas porcinas en sendas partes del territorio -La Aguilera y San Juan del Monte-, hoy le hemos preguntado por ello al representante a nivel nacional de este sector. Miguel Ángel Higuera, director de la asociación nacional de productores de ganado porcino, entiende como un sector dentro del medio rural lo que pasa en este medio, aseverando que “en este caso nosotros no tenemos ningún problema”, y de hecho “contemplamos y consideramos que el sector vitivinícola y porcino son compatibles y se pueden desarrollar, y lo que nos preocupa es que haya seis bodegas que no entiendan ese valor añadido, esa cohesión entre ambos sectores”.

“No entendemos por qué se ha levantado esta alarma, es lo que más nos desconcierta. En la Ribera y sobre todo Burgos que es referente por la gran industria que hay, no se había producido una falta de entendimiento”, reconoce Higuera, quien da “todas las garantías” de que no va a haber ningún inconveniente de cara a una posible contaminación del territorio. “Los diseños de las granjas son absolutamente herméticos porque tenemos que garantizar la salud de los animales que vamos a cuidar, y la gestión corriente del fertilizante agrario que se utiliza habitualmente. Por mucho que vayan diciendo que el sector puede o no contaminar, los datos están en la mesa. Las granjas son herméticas y desde el punto de vista agrario el cuidado tiene que darse con cuidado en el uso del nitrógeno, y este es el único sector en el que está limitado y regulado, por lo que es una de las acusaciones que más nos duele”.

Ante el argumento de las bodegas de que en Castilla y León la legislación obliga a muy pocos requisitos a las explotaciones de hasta  2.000 cabezas de ganado (y estas instalaciones las rozan, pero sin llegar a ese número) el director deja claro que “necesitamos dos licencias”. “En Castilla y León tenemos un decreto propio de hecho. La legislación ofrece más seguridad de lo normal. Hay que ser coherentes, ¿dónde ponemos el listón de lo que es una macro granja? Porque ese término de macro granjas no nos molesta, lo que nos molesta es el carácter despectivo con el que se usa. Nosotros somos el único país que tiene limitado la distancia entre granjas y casco urbano. En los demás puedes hacerlo donde quieras mientras cumplas la normativa. 2000 plazas es una explotación familiar, nosotros producimos alimentos de primera necesidad y tenemos un valor añadido bastante justito para ir funcionando. Es una actividad complementaria del sector agrícola. Con eso no te puedes ganar la vida. No le dejas a nadie hacerlo, criticas invertir 500.000 euros… Nos preocupa este punto de vista porque con una explotación así solo puede trabajar parcialmente una persona”, dice Higuera.

Mientras las bodegas hablan de despoblación de los territorios donde se implantan las granjas de grandes dimensiones, el sector porcino expresa lo contrario basándose en un estudio elaborado por la anterior consejería de Agricultura y Ganadería. “Cuanto más porcino, más personas. Un 125% más de mujeres donde más cerdos hay. Y ¿cuánta empleabilidad hay en los municipios con más cerdos? Un 157% más respecto a los municipios que menos. No sé qué datos más hay que dar para demostrar que el sector porcino es motor de la economía rural, no sólo por la propia granja sino por todo lo que implica para que una granja funcione”.

Sobre los olores o el impacto visual -que cambien los paisajes-, expresa que “el paisaje tradicional tiene bodegas, viñedos, girasoles y granjas. Y en cuanto a los olores con una nueva normativa ya no solo demostramos que los olores desaparecen sino que nos hemos puestos porcentajes de eliminación, y la realidad dicen que podemos ir a visitar bodegas con granjas a escasos metros e incluso con hoteles, y el impacto es ninguno…” asegura Higuera. “Que somos sectores complementarios es un hecho, y por eso no estamos enfrentados con ellos, queremos saber cuáles son sus preocupaciones y desarrollar la zona en conjunción”, añade.

Entonces, ¿cómo se puede reconducir la coexistencia? “Hemos tenido una reunión con el Consejo Regulador, entendemos que hay bodegas que estén preocupadas pero hemos manifestado todos estos aspectos, estamos dispuestos a reunirnos con quienes sean, que sepan todos los condicionantes y requisitos que hemos de cumplir aquí, que no se puede construir una granja al lado del casco urbano y nuestra localización está en el medio rural, hemos de estar a una distancia mínima de un kilómetro con la seguridad que eso nos aporta, y si creen que podemos mejorar juntos y lograr que todos los sectores estemos a gusto, que nos lo cuenten, nosotros queremos que Ribera se desarrolle”, asevera.

Ante la opacidad de uno de los proyectos y la falta de información con lo que ha podido generar desconfianza, dice Higuera que “eso sí que habría que facilitarlo”. “Con la ubicación había que tramitar todos los papeles, lo que se tarda uno o dos años. El proyecto solo tiene que solicitarlo al municipio. Yo no lo veo sospechoso, solo me imagino que cuando una persona individual quiere hacer una pequeña granja como complemento a su actividad porque es su medio de vida se encuentra con que a lo mejor otra persona con mayor peso económico va a por él, se podría sentir aturdido e intimidado. Podría ser por eso, pero reconozco que los proyectos tienen una parte de exposición pública accesible para todos los vecinos, desconozco si ya lo ha tenido o no. Pero se puede solicitar. Y desafortunadamente una granja no tiene misterio, la producción está bastante estándar, todos los proyectos son prácticamente iguales. Los proyectos de una granja que se abre en Burgos puede ser igual que una que se está abriendo en Teruel”, sentencia.

La charla al completo puede reproducirse en el siguiente audio.