Bonito homenaje, horrible partido

Santiago de Compostela

Hay días a lo largo de tu vida, ya sea en lo personal o profesional, que por la importancia de de la cita o reto que te toca afrontar piensas y te dices una y mil veces "hoy no la puedo cagar, tengo que estar a la altura....". A veces se logra, a veces ocurre lo peor y en el peor momento ocurre la catástrofe. 

En la cita que tenía el Obra este fin de semana en el Fontes do Sar fueron muchos los que asistieron hasta A Caldeira con tiempo suficiente para brindarle un bonito y merecido aplauso a Tonecho Lorenzo, que acompañado por los suyos en la pista y también por los suyos en la grada, recibió el reconocimiento a todo lo que ha hecho por el club de sus amores ya con su 14 colgando del techo del pabellón. 

Concluído el homenaje y con el balón en disputa, el UCAM Murcia fue un ciclón que no dejó nada del Obra en pie desde el minuto uno al cuarenta. Intensidad, agrevisivdad, rebote, acierto en el tiro de dos y de tres, en TODO, fue mejor el equipo de Sito Alonso ante un Obradoiro que no encontró respuestas ni en la pista ni el banquillo. Los jugadores, desdibujados y perdidos, pese a que Birutis al principio o Hellenson al final acertaron con el aro, pero nunca encontraron cómplices para poder recortar las ventajas que manejó Murcia casi todo el partido, por encima de los veinte puntos. Con un 18 de 24 en tiros libres o un paupérrimo 2 de 13 en lanzamientos de tres puntos, el Obra nunca pudo siquiera hacer cosquillas a un UCAM Murcia que, simplemente, vapuleó al conjunto de Moncho Fernández, que acabaría expulsado tras serle señaladas dos técnicas por protestar.