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Palma reforestará con 1.000 árboles el bosque de Bellver tras la muerte de 700 pinos por una plaga

El tomicus ataca principalmente a árboles que se encuentran débiles. Este escarabajo hace un agujero en la corteza y se nutre del interior del árbol hasta que termina por matar los ejemplares

El alcalde de Palma, Jose Hila, y la regidora de Infraestructuras y Accesibilidad, Angélica Pastor, en el Bosque de Bellver. / EUROPA PRESS EUROPA PRESS

Palma

El Ayuntamiento de Palma reforestará el bosque de Bellver con más de mil árboles después de que una plaga haya matado hasta el momento 733 pinos. Los árboles han muerto tras ser atacados por el tomicus, un tipo de escarabajo que ataca a sobre todo a pinos debilitados. El insecto hace un agujero en la corteza y se nutre del interior del árbol hasta que termina por matar los ejemplares. Los pinos muertos se talarán y se triturarán para servir de abono en la zona de reforestación.

El tomicus ataca principalmente a árboles que se encuentran débiles. En el bosque de Bellver, este debilitamiento viene dado por varios factores. Uno de ellos es el aumento de la temperatura en los meses de verano, que supone un estrés añadido para la coníferas. A eso se suma la falta de ordenación de los usos en el lugar, que provoca que la superficie del suelo se compacte y el agua de la lluvia no pueda acceder a las capas inferiores de la tierra para ser absorbida por el árbol.

Este cuadro provoca ejemplares débiles, principal objeto de deseo del escarabajo que no suele atacar a pinos saludables. El insecto perfora la superficie, termina por vaciar el árbol y se marcha para buscar otra víctima. El jefe de mantenimiento de la contrata del bosque de Bellver, Lluís Calvo, explica que el único tratamiento preventivo es la perforación de los pinos y la introducción en su interior de un producto fitosanitario. Sin embargo, no siempre es efectivo y no es asumible aplicarlo en un bosque de más de 140 hectáreas. Para evitar plagas tan voraces en el futuro, se plantarán otras especies además de pinos en las zonas afectadas.

El alcalde de Palma, José Hila, defiende la retirada de los árboles muertos por seguridad. La madera seca, dice, es un peligro en caso de incendio y los pinos muertos podrían terminar por caer en el suelo y herir a algún paseante. Entre noviembre y enero se realizará la reforestación con más de mil ejemplares.

 
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