La resistencia de Abdou y el Chaflán

A Coruña

"Son 27 años de resistencia". El bar Chaflán de A Coruña se inauguró en 1994, en la calle Monforte. Al poco tiempo se convirtió en uno de los locales de barrio más populares y emblemáticos de la ciudad. Rafa y Anuska, sus dueños, sirven el café a los que acuden a los juzgados con la misma amabilidad con la que ponen las cervezas en los úlitmos minutos antes de cerrar. "Son 27 años de resistencia", dice Anuska.

Llamado a ser un bar de barrio más, la popularidad del Chaflán atrajo con el tiempo a clientes de todos los puntos de A Coruña, convertidos en auténticos fanáticos y embajadores del local, lugar de encuentro, socialización y dinamización de la zona. "Los bares son como una segunda casa", reflexiona Anuska.

Lo que era un secreto a voces llegó a los medios de comunicación con Abdou, otro ejemplo de resistencia. Inmigrante senegalés, vendedor ambulante y habitual del Chaflán, quiso en varias ocasiones regresar a Senegal para poder ver su madre. Por si era la última vez. No lo logró. Poco antes de la pandemia, la madre de Abdou, a punto de cumplir cien años, falleció.

Abdou lo contó en el Chaflán. Quería enterrar a su madre y despedirlo como merecía. Bastó un mensaje de Anuska y Rafa en Facebook para que el bar movilizase a toda su clientela para iniciar una recaudación que superó con creces todas las expectativas.

Abdou pudo viajar a Senegal, despedir a su madre y sostener a su familia durante lo más duro del confinamiento y la pandemia. E incluso pudo volver a A Coruña. Al Chaflán. "Aquí siempre me acogen bien", le cuenta a Teba Chacón.

La campaña

Hijos de Rivera se interesó por la historia de Abdou y el Chaflán. Encajaba en la última campaña que planificaban para Estrella Galicia, cerveza que presentan como ejemplo de resistencia. Vieron en el Chaflán "el bar que no deja a nadie atrás". Y así se llama la pieza de la campaña que tiene estos dos protagonistas.

Anuska y Abdou viajaron a Madrid para grabar parte de la campaña, vinculada con La Casa de Papel. "Fue alucinante, increíble", recuerda Anuska sobre la visita a los estudios de grabación.

Ahora que la campaña está en marcha (hasta ahora no podían contar nada), Anuska y Abdou tienen que lidiar con la popularidad. "Nos para un montón de gente -relatan-, no dejan de enviarnos mensajes". Quien quiera localizarlos los encontrarán en el Chaflán.