Hacia la irrelevancia

Asturias

Ciudadanos es la tercera fuerza política en el Parlamento asturiano con cinco diputados, por veinte del PSOE y diez del PP, los dos partidos mayoritarios en la autonomía. Pero esta aparente relevancia de la organización naranja en la región es, en el momento actual, únicamente teórica. Y no sólo por los desaguisados montados por la dirección nacional de la formación ideada por el ahora desaparecido Albert Rivera, si no porque Ciudadanos Asturias parece no existir como tal. Al menos eso es lo que desde sus filas se traslada a la opinión pública.

Los militantes de este partido cada vez son menos. Y además, los que aún quedan no reman todos en la misma dirección. Existen dos sectores enfrentados, que no se hablan entre sí: uno, el de los presuntamente más fieles a la cúpula dirigente madrileña, encabezados por el portavoz en Asturias y vicealcalde de Oviedo, Nacho Cuesta; y otro, el de los críticos, cuya figura más conocida es la diputada autonómica y ex portavoz parlamentaria Laura Pérez Macho.

Lo más paradójico de esta división-ruptura es el argumento fundamental esgrimido por el grupo no oficialista para atacar al sector que aparentemente sí debería serlo ya que está amparado por la líder de la organización, Inés Arrimadas. Denuncian Laura Pérez Macho y sus seguidores que Nacho Cuesta y quienes le respaldan forman parte de una operación encaminada a la autodestrucción de Ciudadanos Asturias y el posterior ingreso de sus impulsores en las filas del PP. Aseguran los críticos que las conversaciones entre ambos partidos existen desde una reciente visita al Principado del ex secretario de Organización de Ciudadanos, Fran Hervías, ahora cercano a Pablo Casado. El sector que copa los puestos de dirección lo niega y habla de medidas disciplinarias.

Tras lo sucedido con Nacho Prendes y Juan Vázquez un paso más éste hacia la irrelevancia de Ciudadanos en Asturias. El de la organización, ¿pero también el de algunos dirigentes?