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Mauthausen

Día Internacional de la conmemoración del Holocausto: Canarias en los campos de exterminio

Medio centenar de canarios fueron enviados a Mauthausen (Austria)

El Parlamento de Canarias colocará en el campo de concentración de Mauthausen una placa en memoria de los canarios que sufrieron cautiverio y padecieron el horror en ese campo; 27 de ellos fueron asesinados por los nazis

Entrada al campo de concentración de Mauthausen / Eduardo Cabrera

Los Llanos de Aridane

El 27 de enero se estableció como el Día Mundial de la Conmemoración del Holocausto. Fue un 27 de enero de 1945 cuando el ejército soviético liberó el campo de concentración y exterminio de Auschwitz-Birkenau (Polonia), el más grande y un símbolo del exterminio de seres humanos por otros seres humanos adoctrinados en el fanatismo y el odio. Pero hubo otros campos, Europa estuvo sembrado de ellos. El segundo en ser construido y el último en ser liberado fue el campo de concentración y exterminio de Mauthausen (Austria). Allí fueron enviados medio centenar de canarios que sufrieron frío, hambre, enfermedades, esclavitud, torturas... un modelo común en todos los campos además de la infame escalera de la cantera de granito por la que también se conoció el campo Mauthausen. Hoy es un memorial que recuerda las víctimas, entre ellas, medio centenar de canarios.

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En la ‘Habitación de los nombres’, una de las zonas visitables del campo, se encuentran las más de 300 mil víctimas que fueron asesinadas en Mauthausen. Sin embargo, constan únicamente los nombres de quienes fallecieron. Otros lograron sobrevivir por lo que no constas, aunque su condición de victimas la sufrieron en vida con las memorias de “un infierno en la Tierra”. Mauthausen, Auschwitz, Dachau...y tantos otros nombres y lugares son hoy memoriales para recordar el Holocausto a las generaciones de hoy y a las de mañana. Primo Levi, superviviente del Holocausto advirtió, “sucedió una vez, y eso significa que puede volver a suceder”, uno de tantos mensajes de alerta ante los discursos extremistas, xenófobos o que incitan al odio, las mismas semillas que dieron lugar al Holocausto.

Los canarios de Mauthausen

Fueron medio centenar de canarios de islas como La Palma, Tenerife, La Gomera, Gran Canaria o Lanzarote quienes sufrieron los horrores del campo de concentración y exterminio de Mauthausen. ¿Cómo llegaron allí? Intercambiados como prisioneros o combatiendo en territorio peninsular, terminada la Guerra Civil se vieron obligados a huir. Su única vía de escape fue cruzar los Pirineos para llegar a Francia donde, tras la invasión del ejército nazi, fueron capturados y enviados a los campos. La mayoría de ellos a Mauthausen. Su condición de republicanos les condenó, como a otros les condenó su condición de judíos, gitanos, homosexuales o, simplemente, por pensar diferente. Argumentos alimentados por el odio al diferente que terminaron por escribir uno de los capítulos más tenebrosos del ser humano.

Los testimonios de quienes sobrevivieron dibujan “un infierno en la Tierra”, una voluntad del destino por sobrevivir, el azar o la suerte. La muerte caminaba al lado de cada uno, a cada instante. El agotador trabajo en la cantera, cargando bloques de granito de treinta kilos, con un calzado de madera y bajo el sol en verano o la nieve en invierno. Se calcula que el cuerpo humano necesitaría de unas cinco mil calorías para soportar aquel esfuerzo (rodeado de los látigos de los guardias y los kapos, sometidos a golpes y vejaciones, muchos recurrían al suicidio incapaces de soportarlo). La esperanza de vida era de apenas unas semanas. El miedo a Gusen, el subcampo de Mauthausen como lo fue Birkenau para Auschwitz. La convicción de “contarle al mundo lo que allí sucedía” fue para muchos el impulso de negarse a su destino para lograr sobrevivir.

El 27 de enero, Día Internacional de la Memoria del Holocausto, es una llamada a las generaciones actuales para recoger el testigo de quienes lograron sobrevivir y seguir contando su historia, transmitirla a las generaciones venideras para evitar que vuelva a suceder y advertir las señales de alerte que aquella generación que no tuvo la oportunidad de contar con referencia. “Hoy sí tenemos esa posibilidad que ellos no tuvieron”, contar la Historia para advertir esas señales de alarma que se esconden en algunos discursos extremistas. “El odio es un arma muy poderosa”, mantengámonos alerta.

Texto y fotografías de Eduardo Cabrera, autor del libro ‘186 escalones, en memoria de los canarios de Mauthausen’ (diciembre 2020) LeCanarien Ediciones, un viaje al campo de concentración en busca de los canarios, conocer sus nombres, sus lugares de origen... y traerlos de vuelta a casa.

 
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