Euskadi estrena en primavera el primer fondo público internacional dedicado a Balenciaga

El Gobierno Vasco ha comprado más de 8.000 bocetos y documentos creados por Cristobal Balenciaga y su equipo entre las décadas de los 40 y los 60 de siglo pasado en una operación en la que ha desembolsado 650.000 euros.

"Lo más valioso del archivo documental consiste en que permite entender el proceso creativo de Balenciaga, y eso no tiene precio", ha destacado Miren Vives, directora del Museo Balenciaga de Getaria (Gipuzkoa), a donde irá a parar este fondo una vez digitalizado.

Vives y el consejero de Cultura, Bingen Zupiria, han presentado este lunes la colección recientemente adquirida a un particular, que en un 70-80 % son documentos de trabajo de Balenciaga que conforman "un gran valor patrimonial, solo superado por la actual firma Balenciaga, cuyos archivos no son accesibles al público".

Los documentos son papeles en buen estado, en su mayoría de una dimensión de 13x21 centímetros, y entre ellos se encuentran bocetos de trabajo de las colecciones, muchos de ellos con muestras de tejido prendidas con un alfiler.

También incluyen bocetos de ideas previas sobre líneas emblemáticas del modisto; bocetos para presentaciones con anotaciones de fechas y lugares; figurines para teatro; bocetos de sombrerería y complementos; órdenes de trabajo y manuscritos diversos , y documentos personales.

Ninguno de los documentos lleva firma que concrete su autoría pero, según ha destacado Zupiria, tras varios exámenes se ha constatado que un 18 % contiene anotaciones y dibujos de la propia mano de Balenciaga. El resto corresponde a colaboradores aún sin identificar.

La directora del Museo Balenciaga, ubicado en la localidad natal del modisto, ha resaltado que, en su conjunto, la documentación configura una "colección sin precedentes", de la que una pequeña parte -150 bocetos- se expondrán en el citado museo el próximo mes de abril.

Lorenzo Riva, propietario de la colección

Todo este fondo documental, según han explicado en el acto informativo, pertenecía al diseñador de nacionalidad italiana Lorenzo Riva.

Riva trabajó como director artístico de la firma Balenciaga entre 1980 y 1982 y en su salida de la empresa, que estaba negociando su venta al grupo Bogart, negoció una indemnización económica y otra en especie, que es precisamente lo adquirido por el Gobierno Vasco.

La colección fue detectada por personal del Museo Balenciaga, que contactó con Riva. Tras presentar esta información en el Patronato de la Fundación Cristobal Balenciaga, en el que participa el Gobierno Vasco como miembro fundador, se inició un estudio pormenorizado del archivos para verificar su autenticidad, que culminó con la compra.