El Islam en Bizkaia: "Debemos adaptarnos al entorno sin perder nuestras prácticas religiosas"
Diferentes asociaciones y comunidades musulmanas han querido dar en Hoy por Hoy Bilbao-Bizkaia su testimonio después de un mes de "mucho esfuerzo"

El islam en Bizkaia: "Debemos adaptarnos al entorno sin perder nuestras prácticas religiosas"
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Finalizado el Ramadán el pasado el pasado domingo, día 30 de marzo, miles de personas celebraron la festividad que tiene lugar una vez al año. Son en Bizkaia unas 60.000 personas las que componen la comunidad musulmana, aunque no todas celebran el Ramadán. Se trata de un periodo, como han señalado varios referentes de la comunidad en Hoy por Hoy Bilbao-Bizkaia, para mejorar como persona. Tomar compromisos con el entorno, la comunidad, mejorar las actitudes de uno mismo y, principalmente, resistirse a las tentaciones o los deseos de uno mismo. De ahí la acción de no comer. Así, el día 30 se convierte en "el final de un mes de mucho esfuerzo" para Ridoaune, coordinador de la asociación Agharas.
"Aquí todo el mundo está comiendo, viviendo, fumando... el entorno influye, claro", ha dicho, refiriéndose a la dificultad de mantener el ayuno cuando las calles están llenas de gente disfrutando de sus comidas. Es algo en lo que coincide con Aziz Misaul, presidente de la Federación Islámica del País Vasco (FIVASCO) y doctorando en Ciencias Sociales: "El islam tiene que adaptarse al entorno y uno también debe adaptarse sin dejar de lado sus prácticas religiosas, en países musulmanes estás en un entorno en el que no hay ninguna cafetería abierta, todo el mundo ayuna".
No se trata de hombres o mujeres
Precisamente porque las religiones se adaptan al entorno, Misaul ha querido zanjar que su religión "no se trata de hombres y mujeres, sino de la educación que recibe cada uno". En su caso, le enseñaron que al final del día el hombre debía esperar a que la mujer le preparara la comida, algo que considera malo y peligroso: "Los dos estamos cansados, ayudo y así es más fácil para todos". Ridouane ha afirmado que este año, en la Asociación Agharas, "la mayoría de los que se han encargado de cocinar han sido hombres", un claro ejemplo de la evolución de sus costumbres.
A pesar de las críticas que a veces reciben por la dificultad del ayuno, especialmente por la falta de comprensión en la sociedad, muchos musulmanes en Euskadi ven el Ramadán como una oportunidad para mejorar como personas y fortalecer sus valores espirituales. Aunque, por su parte, Ikram Bendellane, miembro de la asociación de mujeres musulmanas Bidaya, comprende que la gente que no es musulmana no le encuentre sentido: "No lo identifican como algo con lo que acercarse a Dios". Cuenta que le preguntan por la capacidad que tienen de ayunar. Mucha gente, incluso, se sorprende al escuchar que ni siquiera beben agua.
Comedor social de Irala
En el comedor social de Irala, donde le 90% de personas a las que dan de comer es musulmana, han organizado los turnos para que aquellos que hicieran el Ramadán pudieran comer en sus horarios. Antonio Pérez, del comedor, cuenta que han preparado bocadillos y tápers para que puedan llevarse la comida: "El plan que hemos hecho es prepararles una bolsa con uno o dos menús, con lo posible para poder comer fuera porque la gran mayoría está en situación de calle". A Antonio le da "pena" porque en la situación de calle en la que se encuentran, eso "no es comer".
'Hoy por Hoy Bilbao-Bizkaia'
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