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Joaquín Almunia: "Isabel Díaz Ayuso es ahora la más separatista en la política española"

El político socialista recuerda que Rosa Díez fue "quien más me insistió para no romper el gobierno de coalición con el PNV"

Joaquín Almunia: "Isabel Díaz Ayuso es la más separatista de la política española"

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Vitoria-Gasteiz

El bilbaino Joaquín Almunia ha visitado estos días su tierra natal para recoger el Premio de la Fundación Ramón Rubial a los valores socialistas. Aunque salió de Euskadi para trabajar muy joven y ha desarrollado toda su carrera en España y Europa, ha seguido muy conectado a su tierra natal desde sus diferentes responsabilidades, como responsable de economía de la UGT, diputado en el Congreso, secretario general del PSOE, ministro de Administraciones Públicas y de Trabajo, y comisario europeo de Economía y de Competencia.

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Episodio 3 | Joaquín Almunia

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PREGUNTA: Usted escribió en sus memorias sobre el proceso de modernización de España y nosotros aquí en este espacio lo que solemos hacer es precisamente mirar cómo se ha transformado Euskadi en todos estos años. ¿Cómo la ve?

JOAQUÍN ALMUNIA: Bueno, yo viví en Euskadi hasta el año 72, hasta que habiendo acabado la universidad, que hice Económicas y Derecho en Deusto, decidí irme a Reino Unido, a Londres. Conozco la Euskadi de aquella época y, claro, vivíamos todavía bajo el franquismo. Era un espacio de conflicto, tensión permanente, contra la dictadura. Euskadi ha sido siempre una sociedad muy activa para defender las libertades, no solo la de los vascos, sino la de todo el mundo.

Y entonces empezó un mal que ha tenido Euskadi durante demasiados años, que era el terrorismo de ETA. Toda aquella época la viví con mucho dolor, pero no desde dentro, sino que, desde Londres me fui a París, de París me fui a Bruselas y llegué a Madrid al principio de la Transición, en el año 76. Durante un periodo muy negro para todos, yo tenía que ir con escolta, que era una cosa tremenda porque, hombre, tienes miedo y posibilidades de ser objetivo del terrorismo, pero, sobre todo, me preocupaba mucho ir a Euskadi con los escoltas, que se les veía nerviosos, sufriendo mucho.

Bueno, todo esto ha cambiado y ahora la vida en Euskadi es una maravilla, es una sociedad que vive en calma, feliz con el cambio radical que ha habido desde todo punto de vista: con su grado de autogobierno, con el respeto de las libertades y los Derechos Humanos y porque se puede hablar con todo el mundo. Ahora el clima ciudadano y el clima político en Euskadi es como una especie de remanso de paz al lado de lo que se vive en la política española.

P: Aunque nos venga a decir Joaquín Almunia que todo lo de Euskadi lo ha vivido todo desde fuera, verán que no lo ha vivido tan desde fuera. Hablábamos con Pedro Luis Uriarte de la época de la reconversión industrial. Usted vivió esos procesos, primero en la UGT, y, después, como ministro de Trabajo. Ahora esa reconversión industrial, se presenta como un éxito, pero fue muy duro y doloroso para muchísimas familias en Euskadi. ¿Cómo lo recuerda usted?

J.A: Para mucha gente, fue muy doloroso. Aquellas industrias, las industrias básicas que habían caracterizado la economía vasca desde finales del siglo XIX y que habían hecho del País Vasco una zona con un alto nivel de renta y de bienestar, todo aquello empezó a caerse a pedazos en las industrias de la margen izquierda, en parte de empresas medianas de Gipuzkoa. Cuando yo estaba en la UGT y después en el Ministerio de Trabajo, abordamos algo que era imprescindible, era necesario, pero que había que atreverse a hacerlo, que era la reconversión industrial, la modernización de la estructura industrial, sin la cual una economía abierta, que estaba ya con la perspectiva de integrarse en la Comunidad Europea de la época, no podía sobrevivir.

Al principio había muchas tensiones porque no había una fórmula de cobertura de los derechos de los trabajadores que eran víctimas de despidos, de Expedientes de Regulación de Empleo, etc. Pero, poco a poco, fuimos encontrando mecanismos para dar soluciones en positivo a los trabajadores que habían ido quedando fuera de las empresas tradicionales . Creo que, efectivamente, mirándolo en perspectiva, creo que fue doloroso, pero los resultados han sido un éxito. No hay más que ver cómo es la industria vasca hoy, que es una industria muy preparada para la competitividad dentro y fuera de nuestras fronteras.

P: Luego fue ministro de Administraciones Públicas y ahí también tuvo que negociar con el Gobierno vasco algunas transferencias muy importantes, caso del insalud y el inserso. ¿Con quién negociaba usted?

J.A: Pues negociaba con Xabier Arzalluz, con Emilio Guevara, con su hermano Juan Ramón Guevara. Por supuesto, con mi amigo y compañero de hace mil años Ramón Jaúregui, que era vicelehendakari en el primer gobierno de coalición PNV-PSE. Recuerdo también al consejero de Industria en el gobierno de Carlos Garaikoetxea, García-Egocheaga.

P: Igual usted nos puede contar por qué cuesta tanto conseguir traspasos de competencias, porque están recogidos en el Estatuto de Gernika y a día de hoy todavía hay un montón que no se han transferido.

J.A: Sí, yo creo que hay algunas que son extraordinariamente difíciles, porque cuando se redactan los estatutos de autonomía, no siempre los redactores son conscientes de las enormes dificultades que tiene en la práctica llevar a cabo una transferencia.

El caso que yo he debatido mucho cuando era ministro de Administraciones Públicas y después representante parlamentario, es el del traspaso de la gestión del régimen económico de la Seguridad Social, que es lo más complicado que hay pendiente. Esa competencia, que yo entiendo que es extraordinariamente importante, tiene una dificultad enorme, porque debe respetar la caja única de la Seguridad Social, igual que tuvimos que discutir el traspaso del Insalud y del Inserso, cuando yo era ministro de Administraciones Públicas con el PNV y con el PSE. Entonces, había que hacerlo sin aplicar la letra del Concierto económico, que no está pensado para la Seguridad Social, pero había que inspirarse en sus ideas del concierto económico, y a la vez sin romper la caja única de la Seguridad Social. Bueno, esos son los equilibrios que la política tiene que resolver, pero, a veces, cuesta resolverlos con acuerdos de todos los que tienen que estar presentes en la mesa.

P: ¿Usted cree que veremos transferido el régimen económico de la seguridad social?

J.A: Yo creo que sí. Lo que pasa es que hay que encontrar una salida que no ponga contra la espada y la pared a ninguna de las partes que negocian: por un lado el Gobierno vasco y, por otro lado, el Gobierno español.

P: Joaquín Almunia también fue secretario general del PSOE y entonces le tocó gestionar la ruptura de la coalición en Euskadi con el PNV después de los 13 años que estuvieron en una primera etapa gobernando juntos.

J.A: Era secretario general del PSOE y recuerdo perfectamente las discusiones sobre la supervivencia del último gobierno de coalición de aquellos años. Curiosamente, es una paradoja, la que más me insistía en mi despacho en Ferraz para permanecer en el gobierno de coalición era Rosa Díez, fíjese qué vueltas da la vida, que era consejera de Turismo de aquel gobierno. Mientras, Nicolás Redondo Terreros, que era el secretario general del Partido Socialista de Euskadi, ya había decidido que no se podía soportar una relación tensa, con algunas frases que insultaban a los socialistas por parte del presidente del PNV Arzalluz.

Luego vino la época del lehendakari Ibarretxe con Lizarra, que aquello fue muy duro. Aquello se pudo resolver y yo me alegro mucho porque ahora se gobierna en coalición, hay estabilidad parlamentaria y hay muy buenas relaciones también en la política española, en el Congreso de los Diputados, con el PNV, por más intentos del Partido Popular de atraerlos hacia su lado. Pero como, a la vez, el PP hace cosas y dice cosas que ponen de los nervios y con razón a los nacionalistas, como que no se puede hablar en euskera en una reunión de todas las Comunidades Autónomas con el Gobierno. Es un antinacionalismo de los nacionalistas españoles radicales, como es la señora Ayuso. Es curioso porque, en este momento, en la política española, quien más separatista es, es Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, es la que más quiere romper el buen clima que necesita el Estado de las autonomías entre las instituciones del Estado y las instituciones de las Comunidades autónomas, que, por cierto, también son Estado, según el modelo constitucional.

P: ¿Europa ha sido su verdadera vocación?

J.A: Yo empecé trabajando en temas europeos muy jovencito, mi primer trabajo profesional en el otoño de 1972, fue como economista en Bruselas, en una oficina que había creado la Cámara de Comercio de Bilbao. Yo ya era europeísta, pero allí aprendí qué era eso por dentro. He tenido la inmensa suerte de poder estar más de 10 años trabajando en la Comisión Europea, que ha sido una época extraordinariamente interesante y extraordinariamente grata para mí.

P: Como Comisario de la Competencia tuvo sus más y sus menos también con el Gobierno vasco con las vacaciones fiscales, el tax lease...

J.A: Bueno, había conversaciones entre unos y otros porque había sentencias del Tribunal Europeo de Justicia que decían que las vacaciones fiscales no encajaban en el ordenamiento jurídico de la Unión Europea y pudimos ir encontrando soluciones.

P: Desde su perspectiva, ¿cómo ve Euskadi en la actualidad?, ¿qué retos cree que tiene?

J.A: Dentro de España, comparando con otras zonas de España, yo creo que Euskadi tiene una industria mucho más fuerte, mucho más potente. Es verdad que Euskadi es un territorio pequeño, pero la industria vasca es una industria que está en condiciones de competir dentro de los mercados de la Unión Europea y fuera. Tiene una clase de trabajadora muy habituada al diálogo social, unos profesionales muy bien formados y empresarios con una experiencia de lo que significa ser empresario, que ya la quisieran para sí, en otras muchas zonas de España.

Mi mayor preocupación es la demografía, los problemas de la demografía, que son extraordinariamente complicados de resolver, porque hay que convencer a las familias, no solo de que es bueno tener hijos, sino de que que se puede asumir el riesgo de lanzar hijos al mundo y garantizarles un proyecto de futuro. No es fácil. A la vista están los problemas de vivienda, otro tipo de problemas, etc. Eso significa que tiene que haber inmigración, que es algo necesario, por un lado, no solo desde el punto de vista demográfico, sino también de tener una sociedad más joven y con capacidad de asumir riesgos y de afrontar cambios.

Y eso significa tener una capacidad de cohesión social, de integración de los inmigrantes en la sociedad e implica unas políticas sociales que las diputaciones forales y las autoridades autonómicas tienen capacidad de llevar a cabo, que son un ejemplo en otras muchas Comunidades Autónomas, pero que hay que mantener y que hay que financiar.

Eva Domaika

Eva Domaika

Jefa de informativos en Cadena SER Vitoria. Presenta el informativo diario ‘La ventana Euskadi’. Si...

 

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