El sector de la carpintería convoca cuatro jornadas de huelga en la provincia de A Coruña

A Coruña

Tras la jornada de ayer marcada por el desbloqueo de huelga del metal, el sector de la carpintería de A Coruña convoca cuatro jornadas de huelga en demanda de una actualización de sus salarios. Los principales sindicatos, CC.OO, UGT y CIG apoyan el paro de la carpintería en la ciudad el día de hoy, así como el 17,27 y 28 de julio.

Exigen desbloquear las negociaciones de su convenio laboral, congelado desde 2019. Piden que se abonen los atrasos derivados del incremento del IPC que en el mes de junio ha escalado hasta los 10,2 puntos. El sector social de la carpintería demanda un 3,5% con un atraso de 6,6% para el 2022. Están convocados cerca de 5.300 trabajadores. Desde los sindicatos calculan un seguimiento cercano al 90%, incluyen a empleados de grandes empresas como Malasa o Cándido Hermida, proveedoras de Inditex.

De media los trabajadores del sector de la carpintería cobran entorno a los 1.200 euros a jornada completa. Salarios que, aseguran, con el aumento de la inflación no llegan. Piden a la patronal que se garantice su poder adquisitivo gracias a las cláusulas de revisión salarial.

La CIG califica de “éxito rotundo” la primera jornada de huelga en la carpintería

“Éxito rotundo” con las grandes empresas de la zona paradas al 95 %. Así definen desde la CIG la primera jornada de huelga en el sector de la carpintería de la provincia. Un paro que en nuestra zona afecta a unos 1.200 trabajadores.

Las principales demandas de los sindicatos pasan por una actualización de los salarios para que las plantillas no pierdan poder adquisitivo, que el convenio incluya un plus de turnos que no está recogido y que se regulen los trabajos de montaje que se realizan en otras ciudades y países.

La próxima jornada de huelga será el 13 de julio, están convocados paros también para el 27 y 28 de julio, pero Marcos Sánchez de la CIG en Ferrolterra espera que ante el “éxito” de la protesta la patronal se siente a negociar antes.

Remarca que el convenio remató su vigencia en el año 2019 y que los salarios llevan congelados desde entonces. Apunta que las empresas han incrementado sus precios en el último año y defiende que los trabajadores no pueden ser los “paganinis” de esta situación.