El origen de las alteraciones menstruales podría ser el cerebro, y no los ovarios, según un estudio gallego
La ginecóloga Cristina González, líder del estudio, achaca la tardanza en reconocer científicamente las alteraciones a la falta de visibilidad del ciclo menstrual
Vigo
Un estudio liderado por la ginecóloga gallega Cristina González Cea busca demostrar que el SARS-CoV2 (responsable de la Covid-19) induce un "pico hormonal en el cerebro" que, al "sobreestimular" los ovarios, provocaría las alteraciones menstruales --ya confirmadas-- tras recibir la vacuna o pasar el virus.
Según datos de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), dependiente del Ministerio de Sanidad, hasta el 9 de octubre de 2022, en España se han registrado 1.220 casos de lo que denominan como 'sangrado menstrual abundante' tras la vacunación contra la Covid en mujeres de edades comprendidas entre los 12 y 49 años.
Por este motivo, a finales de octubre, el Comité para la Evaluación de Riesgos en Farmacovigilancia de la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) recomendó que se agregase el sangrado menstrual abundante a la información del producto como un efecto secundario de frecuencia desconocida de las vacunas de ARNm Covid-19 'Comirnaty' de Pfizer/BioNTech y 'Spikevax' de Moderna.
Estas cifras, aseguran los expertos, no son ni "fiables ni concluyentes", puesto que no fue hasta hace unos meses que se empezaron a identificar estos efectos secundarios, pese a la avalancha de testimonios que mujeres de todo el mundo vertían en redes sociales desde que comenzó la pandemia de Covid-19.
De hecho, otros estudios apuntan a cifras mayores, como el realizado a finales de 2021 en Estados Unidos y en la Universidad de Extremadura, que señalaba que el porcentaje de mujeres que presentaron este tipo de alteraciones se movía entre el 55% y el 60%.
Dado que era muy probable que el número de mujeres afectadas fuera mucho mayor del que se conocía, la doctora Cristina González Cea decidió centrarse en el motivo de estos cambios. Así, en diciembre de 2021 arrancó un estudio para determinar las causas de estas variaciones junto al Instituto de Investigación Sanitaria (IDIS), ubicado en el Hospital Clínico.
SANGRADO EN MENOPÁUSICAS
Tal y como relata a Europa Press, la ginecóloga empezó a notar cómo crecía el número de pacientes que llegaban a urgencias de ginecología con síntomas como un sangrado menstrual "fuera de lo normal" y fuera de ciclo. "Empezaba a mirar y veía que una semana o 10 días antes se habían vacunado o habían pasado la Covid, y empecé a hilar", comenta.
Algunas mujeres llegaban con cuadros "tremendamente bruscos" de sangrado abundante y, si les coincidía con la regla, menstruaciones "muy dolorosas", acompañadas de los síntomas habituales, "pero exagerados". Se han detectado también alteraciones en ganglios axilares y en la mama, e incluso amenorreas --falta de menstruación-- de tres o cuatro meses, aunque todo "transitorio".
"Llegamos a verlo en pacientes menopáusicas, incluso mujeres con cinco o 10 años sin regla. Eso nos llevó a pensar que habría algún mecanismo diferente al que pensábamos que era alguna alteración de la coagulación, que aumentaría el sangrado de la regla", explica la ginecóloga.
Lo que sospechan es que, a nivel cerebral, se produce un pico hormonal que provoca una "hiperovulación" o una "ovulación fuera de ciclo", que es lo que genera el descontrol hormonal posterior y la hemorragia desordenada.
Explica la doctora que antes del ciclo hormonal reproductivo mensual de la mujer, se liberan en el cerebro dos hormonas encargadas de estimular la producción del ovario. Dan paso entonces a estrógenos y progesterona que, en una determinada combinación de cantidades, son las que producen la ovulación.
"Esto justificaría la menstruación en menopáusicas, donde los ovarios no funcionan, por lo que la estimulación no puede venir del ovario; tiene que venir de otro sitio y tendría lógica que lo hiciese desde el cerebro, que vuelve a activar el ovario", señala.
Desmontaría además, uno de los rumores que han circulado sobre los efectos de la vacuna en las mujeres: la esterilidad. "Sería todo lo contrario, ya que se produce una ovulación muy exagerada, fuera de ciclo", comenta.
EL VIRUS, NO LA VACUNA
Con todo, remarca González Cea que la razón de estos desórdenes no tiene que ver con la formulación de la vacuna, sino que está más vinculada a algún componente del SARS-CoV-2. El denominador común en las pacientes era 'contar con el virus' en su cuerpo, ya que respecto a las dosis recibidas de la vacuna, "el comportamiento era completamente anárquico".
A la hora de llevar a cabo el estudio, la doctora explica que lo primero que se hace es descartar en las pacientes otras posibles patologías o alteraciones. Se realiza primero una ecografía para desechar algo en el útero o en los ovarios, y después una analítica de sangre. De esa prueba, guardaban una muestra en nevera para cuando se autorizase el estudio.
Cuenta con 150 muestras que revisará el IDIS en cuanto el Comité de Bioética dé su aprobación. Destaca además que uno de los aspectos más positivos de este estudio es que se ha cogido "en tiempo real", lo que facilitará mucha información "de lo que pasa en el organismo". "Lo que queremos es analizar las proteínas para ver cuál es realmente el mecanismo de alteración viral por el que se produce esta alteración hormonal", detalla.
Preguntada sobre posibles nuevos casos con la inoculación de la cuarta dosis de la vacuna, la doctora, si bien no lo descarta, no destaca el tema como algo relevante ya que, tal y como apunta, los desórdenes ocurrían "indistintamente" de las dosis recibidas. "No había ninguna relación entre más vacunas, más efectos, o más veces infección", insiste.
POCA VISIBILIDAD DEL CICLO MENSTRUAL
A la doctora González Cea no le sorprende la falta de reconocimiento de la situación, ya que el propio ciclo menstrual "se infravalora bastante en general". "Hay poca visibilidad de que para nosotras el ciclo menstrual, además de suponer un trastorno físico temporal, provoca uno emocional importante".
Pone como ejemplo el dolor menstrual, "con el que no hay que quedarse si nos condiciona". "Esos cambios comprometen la calidad de vida no solo de la mujer, sino que afectan a todo su entorno", continúa.
"Así que es muy importante saber la razón de que pase esto y darle una respuesta a la paciente. En la mayoría de las ocasiones se dice que es un desarreglo hormonal y ya está. Y no todo es tomar anticonceptivos, no todo se soluciona bloqueando tu ciclo hormonal", defiende.
Insiste en que se trata de un proceso que ocurre mensualmente durante toda la vida reproductiva de las mujeres --"casi 40 años de alteraciones físicas y emocionales"--, pese a lo que la sociedad "no lo considera lo suficientemente importante".
La prueba está en el propio tratamiento de las alteraciones menstruales como efecto secundario, algo que la EMA rechazaba hace tan solo un año, afirmando que no existía "una relación causal" entre las dos variables.
"Y en ese momento ya había datos más que suficientes. Y yo pensaba, ¿tú has preguntado a las mujeres? Porque ya no es que no lo incluyas, es que lo niegas. Eso, en parte, también me llevó a investigar, a decirles: Oye, claro que existe una relación. Vamos a pelear para que nos oigan", relata.
"La divulgación me importa tanto o más que lo que recoja la EMA en su informe mensual de reacciones adversas. Al final la voz de una es la de muchas y yo lo que intento es explicarle a mis pacientes qué ocurre. Y al final, esto se habla en casa, en el café, en el trabajo o cuando se recoge a los niños. Somos nosotras mismas las divulgadoras, y así se empezaron muchas revoluciones, desde nuestras propias casas", concluye.